miércoles, 15 de diciembre de 2021

JUSTICIA ECOLÓGICA Y DECRECIMIENTO: UNA LECTURA DEL "MANUAL CRÍTICO DE CULTURA AMBIENTAL" DE PEDRO COSTA


Vivimos unos tiempos convulsos, primero por la situación de pandemia de la que no acabamos de salir, a pesar de las altas tasas de vacunación, y por el avance implacable del calentamiento global, verificado con los récords de temperaturas, las sucesivas olas de calor y olas de frío que recorren el planeta, inundaciones, incendios y demás catástrofes que cuestan vidas humanas y enormes pérdidas económicas. No hay día en que los medios de comunicación, y no solo los especialistas, sino también los generalistas, no nos hablen de cambio climático, degradación de ecosistemas o crisis ecológica. Pero, a menudo, carecemos de la información suficiente y veraz, más allá de artículos y reportajes sensacionalistas que sólo lo tratan de forma superficial, para entender el alcance de éstos y otros fenómenos.

Para cubrir esta necesidad, Pedro Costa Morata (Águilas, 1947), veterano ecologista, profesor universitario, periodista y ganador del Premio Nacional de Medio Ambiente en 1998, acaba de publicar su 'Manual Crítico de Cultura Ambiental' (Editorial Trotta), una obra con vocación pedagógica en la que se abordan los principales problemas ambientales de nuestro tiempo, además de realizar un repaso a las principales propuestas a lo largo de la historia para hacerles frente.

Costa Morata no se deja en el tintero (o más bien en el teclado) casi ningún aspecto. Así, el primer tercio del libro está dedicado a las bases de la vida en nuestro planeta, a pormenorizar qué factores biológicos y físico-químicos han permitido que se desarrolle la vida tal y como la conocemos, además de poner el acento en las acciones humanas que ponen en peligro nuestra supervivencia (contaminación en todas sus formas, superpoblación, extractivismo, acumulación de residuos, etc.).

Nuestra paulatina separación de la Naturaleza a partir de la Revolución Industrial y sus efectos en el medio han provocado la reacción de una parte de la sociedad, acentuada a partir de los años 50 del siglo pasado. El autor desgrana y describe las diferentes formas en las que se ha intentado (y se intenta) contrarrestar las fuerza neoliberales que esquilman los recursos, destruyen los ecosistemas y modifican los modos de vida ancestrales de otras culturas, todo ello en nombre del beneficio inmediato. Estas formas van desde movimientos sociales como el ecologismo, pasando por disciplinas innovadoras como la Economía Ecológica y el Derecho Ambiental, hasta llegar a teorías revolucionarias como es el Decrecimiento.

El tratamiento de estos dos últimos conceptos, el Derecho Ambiental y el Decrecimiento, son de agradecer en este manual, por poco frecuente en obras de este tipo, por su innovador enfoque de nuestra relación con la Naturaleza, el primero con la introducción de la llamada “justicia ecológica”, que entronca directamente con un tema de candente actualidad en nuestra Región como es la ILP para dotar de personalidad jurídica al Mar Menor, y el segundo por constituir un intento de romper con el dogma del crecimiento económico expresado con el PIB, universalmente aceptado en nuestra sociedad pero de dudosa fiabilidad por su ineficacia a la hora de expresar los “efectos colaterales” de la actividad económica.

El último capitulo de la obra trata de los dos problemas posiblemente más graves por los que atravesamos, el cambio climático y la pandemia, la crisis climática y la crisis sanitaria, su origen, desarrollo y posibles soluciones, animándonos a la acción y a la responsabilidad.

En resumen, un libro imprescindible para conocer los principales problemas ambientales de la actualidad, complementado con una amplia bibliografía, la mayoría en español, que nos permite profundizar en aquellos temas que más nos intriguen e interesen.

Reseña aparecida el 14 de diciembre en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/leer-el-presente/justicia-ecologica-decrecimiento-lectura-manual-critico-cultura-ambiental-pedro-costa_132_8576794.html?fbclid=IwAR1lWqkWgEZLraezDAU5p4AedW5xTdUfsu1LeWbc0ySvdIwyl1lhXj-QJ3k

lunes, 1 de noviembre de 2021

LA VIVIENDA, UN DERECHO HUMANO

"La banca viola los derechos humanos. Derecho a vivienda ¡¡¡ya!!!" H.J.


La Ley de la Vivienda que el gobierno central acaba de aprobar ha vuelto a provocar que la oposición saque la artillería pesada, apelando a un supuesto ataque a la propiedad privada, como si esta ley supusiera que se fueran a expropiar los pisos de los probos propietarios para repartirlos entre la gente de forma gratuita. En algunas Comunidades Autónomas, como la Región de Murcia, el presidente López Miras ha llegado a declararse insumiso a la ley, tachándola de “comunista”, apelativo que funciona como un cajón de sastre y que es usado por el gobierno regional para oponerse a todo aquello que vaya en contra de su ideología, ya sea la nueva ley educativa o la reciente ILP por el Mar Menor.

Pero la realidad es que la Ley de la Vivienda no apunta, como dice López Miras, a las personas que tienen un par de pisitos conseguidos “con lo que se ha ganado con el sudor de su frente, su sacrificio y con su trabajo”, sino que va dirigida a los grandes tenedores de viviendas, es decir, a aquellos que poseen más de 10 bienes inmuebles, muchos de ellos fondos buitre y bancos. En la Región de Murcia hay casi 11.500 propietarios de más de 10 viviendas, verdaderos destinatarios de esta ley. De ellos, 9.596 tienen entre 11 y 25 bienes, 1.300 tienen entre 25 y 50 y hay 600 propietarios que tienen... ¡más de 50 inmuebles urbanos cada uno!

En la otra parte de la balanza, en España hay 3,4 millones de viviendas vacías, 129.000 en la Región de Murcia, dándose el caso de que nuestra región ocupa el tercer puesto en porcentaje de viviendas vacías con respecto al total (16,6%), sólo por detrás de Galicia y La Rioja. La ciudad de Murcia encabeza el ranking regional del número de viviendas desocupadas, con más de 33.000, seguida de Cartagena y Torre Pacheco, con la circunstancia de que esta última localidad lidera el ranking en términos relativos, con una vivienda vacía por cada 4,8 habitantes. Esta gran cantidad de inmuebles vacíos son el resultado de la burbuja inmobiliaria de la primera década del siglo, fenómeno especialmente sangrante en la Región de Murcia, siendo las entidades financieras la propietarias mayoritarias de esas viviendas. Además, en la región se ejecutan más del 10% de los desahucios que se realizan en España, verificándose que la vivienda (o más bien la falta de ella) es un problema de primera magnitud al que esta ley pretende dar respuesta.

Los organismos internacionales estiman que el coste de la vivienda no debe superar el 30% de los ingresos mensuales. Para un sueldo medio en España de 1.700 €, eso supone que un alquiler no debería superar los 510 € al mes de media, cifra muy por debajo de lo que se suele cobrar. Si hablamos de la Región de Murcia, cuyo sueldo medio es de 1.400 €, la cuantía media de los alquileres debería ser, como máximo, de 420 € algo ilusorio para la mayoría. Y si nos referimos a sueldos más bajos, algo habitual, conseguir pagar un alquiler se convierte en una odisea, si no en una misión imposible para muchos bolsillos.

La vivienda no es un artículo de lujo, es un bien de primera necesidad y un derecho señalado en el artículo 47 de la Constitución, por lo que es una inmoralidad especular con ella y buscar el beneficio rápido. Conseguir que la gente joven pueda alquilar pisos para independizarse sin tener la necesidad de juntarse 4 personas en la misma vivienda, o que una familia con bajos ingresos pueda vivir en un piso sin tener que elegir entre comer o pagar el alquiler es una obligación de cualquier gobierno. La oposición de los partidos de la derecha a esta ley constituye un ataque a la dignidad de las personas y al cumplimiento de un derecho fundamental recogido en a Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 que, en su artículo 25, incluye el derecho universal a una vivienda, digna y adecuada. Cualquier intento de facilitar la vida a las familias y garantizar el acceso a la vivienda debe ser bienvenido, en vez de defender los intereses de los que más tienen en nombre de la “libertad de mercado”, que suele ser sinónimo de “libertad de abusar de los más vulnerables”.  

Artículo aparecido en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/vivienda-derecho-humano_132_8446848.html



lunes, 11 de octubre de 2021

EL MAR MENOR SE MERECE OTRA OPORTUNIDAD

Manifestación en defensa del Mar Menor


La ciudad de Murcia fue un clamor el pasado 7 de octubre para exigir a las autoridades competentes que solucionen de una vez por todas la situación agónica del Mar Menor. Más de 70.000 personas nos manifestamos por las calles de la capital, en un ambiente festivo (aunque la cosa está para pocas fiestas) a título individual, pero también decenas de organizaciones de todo tipo (sindicatos, grupos ecologistas, asociaciones de vecinos, además de algunos partidos políticos) que representan a otras miles de personas que, por diversos motivos, no pudieron asistir a la manifestación, superando en 15.000 asistentes a la también multitudinaria manifestación en Cartagena de 2019.

Se ha puesto así de relieve el hartazgo de la sociedad murciana por la inacción del gobierno regional ante la situación desesperada de la laguna litoral más grande del Mediterráneo Occidental, usando este gobierno excusa tras excusa para justificar los episodios de anoxia y muerte de peces, desde las altas temperaturas del agua (como si fuera la primera ola de calor que sufrimos por estos lares), pasando por las DANA, hasta la necesidad de abrir la gola de Marchamalo “para oxigenar” el caudal del Mar Menor, pero sin decir una palabra más alta que otra sobre los vertidos de la agroindustria, no sea que se nos enfaden los agricultores y voten aún más a la ultraderecha. Sin embargo, la noticia de la próxima apertura del juicio a los presuntos responsables de la degradación de la laguna, con el llamado caso “Topillo”, anunciado por el fiscal jefe de la Región de Murcia, José Luis Díaz Manzanera, puede suponer un jarro de agua fría a la estrategia de López Miras con respecto al Mar Menor. 

Pero el presidente, no satisfecho con contar con dos aliados, como son la Cátedra de Agricultura Sostenible de la UPCT y la Fundación Ingenio, se ha buscado otro organismo para buscar apoyos a sus insensatas medidas. Por un lado, la cátedra que incluye en su denominación el eufemístico nombre de “sostenible” agrupa a una serie investigadores que sólo confían en paliar con tecnología lo que la agricultura intensiva provoca, vertidos contaminantes cargados de nitratos que enturbian el agua y matan todo rastro de vida, lo que equivale a tratar a una persona obesa con medicamentos y aparatos que monitorizan sus constantes vitales, pero sin cambiar sus hábitos de vida, en vez de ir al origen del problema, con un cambio de dieta radical y la práctica moderada de ejercicio.

Por otro, la fundación, formada por el lobby agroindustrial que no tiene intención de cambiar de métodos de cultivo, nos regala otra extravagante declaración de su presidenta, afirmando que "el mayor cáncer del Mar Menor son las aguas subterráneas”, culpando a la naturaleza de las prácticas agrícolas insostenibles, con el uso masivo de fertilizantes sintéticos y pesticidas.

A estos dos cómplices se suma ahora la Real Academia de la Ingeniería, institución con sede en Madrid, con quien el gobierno regional pretende firmar un convenio, cuyos dos objetivos son, literalmente, “promover la ingeniería en nuestra sociedad y por otro, asesorar, de forma independiente, a instituciones públicas y privadas en materias relacionadas con la ingeniería”, lo que nos hace pensar que López Miras se quiere basar, una vez más, en obras y caras infraestructuras para abordar el problema del Mar Menor, obviando el verdadero origen de la eutrofización (exceso de nutrientes) de la laguna.

Buscar soluciones al problema ecológico del Mar Menor atendiendo a “expertos” ajenos a la Ecología, la ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos entre sí y con el medio en el que viven, sin contar con ecólogos y ecólogas que llevan décadas estudiando este ecosistema, supone un error mayúsculo. Científicos independientes que son ignorados, a pesar de llevar años alertando de la problemática del Mar Menor, que no se dejan llevar por intereses políticos, sino que conocen como nadie la laguna y saben cómo revertir la situación. Mientras la clase política siga haciendo oídos sordos a lo que tiene que decir la ciencia, y los votantes sólo se dejen llevar por promesas de riqueza, a menudo infundadas, sacrificando lo más importante que tenemos que dejar a las generaciones futuras, un medio ambiente saludable y bien conservado, será difícil encontrar soluciones.

Esta segunda manifestación masiva en la región en dos años tiene que servir para que la sociedad murciana abra los ojos de una vez por todas y aplique lo que decía Einstein: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. 26 años aplicando los mismos métodos han destrozado el Mar Menor. Hagamos algo diferente. El Mar Menor se merece otra oportunidad.

Artículo publicado hoy en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/mar-menor-merece-oportunidad_132_8385579.html