lunes, 2 de octubre de 2023

INUNDACIONES ¿EVITABLES?


Archivo | Los efectos de la gota fría de 2019 en Los Alcázares. EFE

Esta semana se cumple un año desde las inundaciones en Javalí Viejo, con la desgracia de un fallecimiento y cuantiosos daños materiales en casas y enseres. Pero no es la primera vez que esto ha ocurrido en la Región de Murcia. La localidad costera de Los Alcázares se inunda cada cierto tiempo, seis veces entre los años 2000 y 2020, cada vez que una Depresión Aislada a Niveles Altos, fenómeno más conocido como DANA, azota la Región. La ciudad de Murcia, la huerta, Molina de Segura, la vega del Guadalentín, el campo de Cartagena, muchas son las zonas de la Región en las que se declara la alerta naranja o roja cada vez que se avecina una tormenta, circunstancia que ocurre de una forma cada vez más frecuente.

Varias son las razones de las consecuencias a menudo catastróficas de estos fenómenos. Por un lado, la tendencia, acentuada en este siglo con el boom inmobiliario, de construir en zonas inundables, es decir, en zonas muchas veces secas pero que en algún momento de los registros históricos los niveles del agua han alcanzado determinadas cotas. Normalmente estas zonas se sitúan junto a ramblas. Se calcula que, en España, más de un millón de viviendas están construidas en zonas inundables, lo que constituye el 4,3% del total, muchas de ellas en áreas costeras, donde la densidad de población es muy alta, sobre todo en los periodos estivales. Curiosamente, Murcia es la ciudad española con más viviendas construidas en estas zonas, más de 60.000, casi el 30% del total, una cifra disparatada. En el conjunto de la región, esta cifra alcanza el 17%, muy por encima de la media nacional. La zona del Mar Menor, como la ciudad de Murcia, también está afectada por inundaciones periódicas, por su conexión con el campo de Cartagena y las ramblas asociadas (sobre todo la rambla del Albujón), al igual que la zona de Lorca y otras.

Según los expertos, otra causa de la acentuación de los daños debidos a las inundaciones es el crecimiento de la agricultura intensiva, con la falta de conservación de los suelos naturales, que provocan el aumento de la escorrentía y de la velocidad del flujo del agua, multiplicando los efectos devastadores de las lluvias intensas. Esto se asocia a la pérdida de la vegetación natural que existía dentro de los paisajes agrarios tradicionales, que frenaban el flujo del agua. A esto se suma la mayor impermeabilización de los suelos merced al desarrollo urbanístico y la construcción de viales y autovías, a menudo de forma desordenada, que impide el drenaje natural y que constituyen barreras artificiales a la salida del agua.

Paradójicamente, las instituciones locales y autonómicas sólo plantean como solución la construcción de infraestructuras y obras hidráulicas para paliar los efectos de las inundaciones, pero a menudo estas obras lo único que hacen es crear una falsa sensación de seguridad que anima a seguir construyendo en zonas inundables, además de que hay que poner en duda la eficacia de tales obras. Se les ha hurtado a los ríos y ramblas su espacio natural, con diques, edificaciones en sus riberas y demás construcciones que, llegado el caso de grandes precipitaciones, no hacen sino reclamar su espacio perdido.

Por último, pero no menos importante, el cambio climático juega un papel nada despreciable en esto, ya que se han disparado los episodios de tormentas y DANA, fenómenos que antes se circunscribían al final del verano, con las famosas 'gotas frías', pero que, debido al calentamiento del Mediterráneo, se producen más a menudo y con efectos más dañinos.

¿Qué plantean los expertos para reducir los daños de las inundaciones? En primer lugar, respetar las zonas inundables, mediante la aprobación de planes urbanísticos que prohíban construcciones en estas áreas, adaptándose a la Cartografía de Zonas Inundables realizada por el MITECO, llegando incluso a la eliminación de viviendas e infraestructuras en zonas de alto riesgo. En segundo lugar, devolver a ríos, ramblas y cauces su espacio natural, con la renaturalización de sus riberas. Otras medidas son recuperar la vegetación natural en los espacios agrarios, en linderos y límites de las parcelas, a la vez que se recuperan las redes de drenaje, respetando sus trazados originales, e implantar Sistemas de Drenaje Urbano Sostenible, con suelos filtrantes, jardines inundables y estanques, preferibles a los tanques de tormentas, muy caros y con poca capacidad de acumulación de agua.

La adaptación a los ciclos naturales y a las condiciones que nos impone la Naturaleza en su conjunto es la mejor manera de evitar los daños, agravados por la emergencia climática, que las inundaciones provocan cada año con enormes pérdidas económicas y, lo que es peor, con víctimas personales.

Articulo publicado en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/inundaciones-evitables_132_10553404.html