sábado, 14 de septiembre de 2019

JAQUE AL ARBOLADO

Con agosticidad y alevosía se talaron hace unos días dos ejemplares de jacarandas, por iniciativa del Ayuntamiento, en la ciudad de Murcia, ante la mirada impotente y la indignación de los vecinos, que veían cómo árboles que estaban ahí desde hace décadas, proveyendo de sombra y de un entorno verde al barrio, eran arrancados del suelo sin piedad, aduciendo que existía "un riesgo de caída de ramas". Esa tala no es la única que se ha realizado en nuestra región. Recientemente, la oposición en el ayuntamiento de Cartagena denunciaba la "desastrosa" política de talas indiscriminadas en ese municipio. Otro tanto ocurría en Lorca el año pasado, con la tala de una treintena de árboles de gran porte en el centro de la ciudad, también denunciada por los partidos en la oposición y los grupos ecologistas.
Aunque se alegan razones de enfermedades de los árboles, no es la primera vez que se observa que, junto a algún ejemplar que sí puede sufrir problemas, muchos de los árboles talados están en perfectas condiciones de salud, y que decenas de árboles sanos son eliminados junto a otros enfermos, siendo sustituidos mayoritariamente por naranjos de pequeño porte (en Murcia hay más de 15.000 ejemplares de naranjos que producen anualmente 640 toneladas de naranjas bordes no comestibles y que le dan un aspecto ajardinado y poco natural a las calles). Comprobamos año tras año cómo el arbolado de nuestras calles y plazas son sustituidos por terrazas de bares y restaurantes que se extienden como hongos, ocupando el espacio público hasta tal punto que se le hace difícil al transeúnte pasar, en algunos casos, entre las mesas y sillas. Además, las nuevas plazoletas que crecen junto a los edificios de nueva construcción suelen carecer de arbolado, siendo meros espacios enlosados sin vida.