miércoles, 15 de diciembre de 2021

JUSTICIA ECOLÓGICA Y DECRECIMIENTO: UNA LECTURA DEL "MANUAL CRÍTICO DE CULTURA AMBIENTAL" DE PEDRO COSTA


Vivimos unos tiempos convulsos, primero por la situación de pandemia de la que no acabamos de salir, a pesar de las altas tasas de vacunación, y por el avance implacable del calentamiento global, verificado con los récords de temperaturas, las sucesivas olas de calor y olas de frío que recorren el planeta, inundaciones, incendios y demás catástrofes que cuestan vidas humanas y enormes pérdidas económicas. No hay día en que los medios de comunicación, y no solo los especialistas, sino también los generalistas, no nos hablen de cambio climático, degradación de ecosistemas o crisis ecológica. Pero, a menudo, carecemos de la información suficiente y veraz, más allá de artículos y reportajes sensacionalistas que sólo lo tratan de forma superficial, para entender el alcance de éstos y otros fenómenos.

Para cubrir esta necesidad, Pedro Costa Morata (Águilas, 1947), veterano ecologista, profesor universitario, periodista y ganador del Premio Nacional de Medio Ambiente en 1998, acaba de publicar su 'Manual Crítico de Cultura Ambiental' (Editorial Trotta), una obra con vocación pedagógica en la que se abordan los principales problemas ambientales de nuestro tiempo, además de realizar un repaso a las principales propuestas a lo largo de la historia para hacerles frente.

Costa Morata no se deja en el tintero (o más bien en el teclado) casi ningún aspecto. Así, el primer tercio del libro está dedicado a las bases de la vida en nuestro planeta, a pormenorizar qué factores biológicos y físico-químicos han permitido que se desarrolle la vida tal y como la conocemos, además de poner el acento en las acciones humanas que ponen en peligro nuestra supervivencia (contaminación en todas sus formas, superpoblación, extractivismo, acumulación de residuos, etc.).

Nuestra paulatina separación de la Naturaleza a partir de la Revolución Industrial y sus efectos en el medio han provocado la reacción de una parte de la sociedad, acentuada a partir de los años 50 del siglo pasado. El autor desgrana y describe las diferentes formas en las que se ha intentado (y se intenta) contrarrestar las fuerza neoliberales que esquilman los recursos, destruyen los ecosistemas y modifican los modos de vida ancestrales de otras culturas, todo ello en nombre del beneficio inmediato. Estas formas van desde movimientos sociales como el ecologismo, pasando por disciplinas innovadoras como la Economía Ecológica y el Derecho Ambiental, hasta llegar a teorías revolucionarias como es el Decrecimiento.

El tratamiento de estos dos últimos conceptos, el Derecho Ambiental y el Decrecimiento, son de agradecer en este manual, por poco frecuente en obras de este tipo, por su innovador enfoque de nuestra relación con la Naturaleza, el primero con la introducción de la llamada “justicia ecológica”, que entronca directamente con un tema de candente actualidad en nuestra Región como es la ILP para dotar de personalidad jurídica al Mar Menor, y el segundo por constituir un intento de romper con el dogma del crecimiento económico expresado con el PIB, universalmente aceptado en nuestra sociedad pero de dudosa fiabilidad por su ineficacia a la hora de expresar los “efectos colaterales” de la actividad económica.

El último capitulo de la obra trata de los dos problemas posiblemente más graves por los que atravesamos, el cambio climático y la pandemia, la crisis climática y la crisis sanitaria, su origen, desarrollo y posibles soluciones, animándonos a la acción y a la responsabilidad.

En resumen, un libro imprescindible para conocer los principales problemas ambientales de la actualidad, complementado con una amplia bibliografía, la mayoría en español, que nos permite profundizar en aquellos temas que más nos intriguen e interesen.

Reseña aparecida el 14 de diciembre en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/leer-el-presente/justicia-ecologica-decrecimiento-lectura-manual-critico-cultura-ambiental-pedro-costa_132_8576794.html?fbclid=IwAR1lWqkWgEZLraezDAU5p4AedW5xTdUfsu1LeWbc0ySvdIwyl1lhXj-QJ3k

lunes, 1 de noviembre de 2021

LA VIVIENDA, UN DERECHO HUMANO

"La banca viola los derechos humanos. Derecho a vivienda ¡¡¡ya!!!" H.J.


La Ley de la Vivienda que el gobierno central acaba de aprobar ha vuelto a provocar que la oposición saque la artillería pesada, apelando a un supuesto ataque a la propiedad privada, como si esta ley supusiera que se fueran a expropiar los pisos de los probos propietarios para repartirlos entre la gente de forma gratuita. En algunas Comunidades Autónomas, como la Región de Murcia, el presidente López Miras ha llegado a declararse insumiso a la ley, tachándola de “comunista”, apelativo que funciona como un cajón de sastre y que es usado por el gobierno regional para oponerse a todo aquello que vaya en contra de su ideología, ya sea la nueva ley educativa o la reciente ILP por el Mar Menor.

Pero la realidad es que la Ley de la Vivienda no apunta, como dice López Miras, a las personas que tienen un par de pisitos conseguidos “con lo que se ha ganado con el sudor de su frente, su sacrificio y con su trabajo”, sino que va dirigida a los grandes tenedores de viviendas, es decir, a aquellos que poseen más de 10 bienes inmuebles, muchos de ellos fondos buitre y bancos. En la Región de Murcia hay casi 11.500 propietarios de más de 10 viviendas, verdaderos destinatarios de esta ley. De ellos, 9.596 tienen entre 11 y 25 bienes, 1.300 tienen entre 25 y 50 y hay 600 propietarios que tienen... ¡más de 50 inmuebles urbanos cada uno!

En la otra parte de la balanza, en España hay 3,4 millones de viviendas vacías, 129.000 en la Región de Murcia, dándose el caso de que nuestra región ocupa el tercer puesto en porcentaje de viviendas vacías con respecto al total (16,6%), sólo por detrás de Galicia y La Rioja. La ciudad de Murcia encabeza el ranking regional del número de viviendas desocupadas, con más de 33.000, seguida de Cartagena y Torre Pacheco, con la circunstancia de que esta última localidad lidera el ranking en términos relativos, con una vivienda vacía por cada 4,8 habitantes. Esta gran cantidad de inmuebles vacíos son el resultado de la burbuja inmobiliaria de la primera década del siglo, fenómeno especialmente sangrante en la Región de Murcia, siendo las entidades financieras la propietarias mayoritarias de esas viviendas. Además, en la región se ejecutan más del 10% de los desahucios que se realizan en España, verificándose que la vivienda (o más bien la falta de ella) es un problema de primera magnitud al que esta ley pretende dar respuesta.

Los organismos internacionales estiman que el coste de la vivienda no debe superar el 30% de los ingresos mensuales. Para un sueldo medio en España de 1.700 €, eso supone que un alquiler no debería superar los 510 € al mes de media, cifra muy por debajo de lo que se suele cobrar. Si hablamos de la Región de Murcia, cuyo sueldo medio es de 1.400 €, la cuantía media de los alquileres debería ser, como máximo, de 420 € algo ilusorio para la mayoría. Y si nos referimos a sueldos más bajos, algo habitual, conseguir pagar un alquiler se convierte en una odisea, si no en una misión imposible para muchos bolsillos.

La vivienda no es un artículo de lujo, es un bien de primera necesidad y un derecho señalado en el artículo 47 de la Constitución, por lo que es una inmoralidad especular con ella y buscar el beneficio rápido. Conseguir que la gente joven pueda alquilar pisos para independizarse sin tener la necesidad de juntarse 4 personas en la misma vivienda, o que una familia con bajos ingresos pueda vivir en un piso sin tener que elegir entre comer o pagar el alquiler es una obligación de cualquier gobierno. La oposición de los partidos de la derecha a esta ley constituye un ataque a la dignidad de las personas y al cumplimiento de un derecho fundamental recogido en a Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 que, en su artículo 25, incluye el derecho universal a una vivienda, digna y adecuada. Cualquier intento de facilitar la vida a las familias y garantizar el acceso a la vivienda debe ser bienvenido, en vez de defender los intereses de los que más tienen en nombre de la “libertad de mercado”, que suele ser sinónimo de “libertad de abusar de los más vulnerables”.  

Artículo aparecido en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/vivienda-derecho-humano_132_8446848.html



lunes, 11 de octubre de 2021

EL MAR MENOR SE MERECE OTRA OPORTUNIDAD

Manifestación en defensa del Mar Menor


La ciudad de Murcia fue un clamor el pasado 7 de octubre para exigir a las autoridades competentes que solucionen de una vez por todas la situación agónica del Mar Menor. Más de 70.000 personas nos manifestamos por las calles de la capital, en un ambiente festivo (aunque la cosa está para pocas fiestas) a título individual, pero también decenas de organizaciones de todo tipo (sindicatos, grupos ecologistas, asociaciones de vecinos, además de algunos partidos políticos) que representan a otras miles de personas que, por diversos motivos, no pudieron asistir a la manifestación, superando en 15.000 asistentes a la también multitudinaria manifestación en Cartagena de 2019.

Se ha puesto así de relieve el hartazgo de la sociedad murciana por la inacción del gobierno regional ante la situación desesperada de la laguna litoral más grande del Mediterráneo Occidental, usando este gobierno excusa tras excusa para justificar los episodios de anoxia y muerte de peces, desde las altas temperaturas del agua (como si fuera la primera ola de calor que sufrimos por estos lares), pasando por las DANA, hasta la necesidad de abrir la gola de Marchamalo “para oxigenar” el caudal del Mar Menor, pero sin decir una palabra más alta que otra sobre los vertidos de la agroindustria, no sea que se nos enfaden los agricultores y voten aún más a la ultraderecha. Sin embargo, la noticia de la próxima apertura del juicio a los presuntos responsables de la degradación de la laguna, con el llamado caso “Topillo”, anunciado por el fiscal jefe de la Región de Murcia, José Luis Díaz Manzanera, puede suponer un jarro de agua fría a la estrategia de López Miras con respecto al Mar Menor. 

Pero el presidente, no satisfecho con contar con dos aliados, como son la Cátedra de Agricultura Sostenible de la UPCT y la Fundación Ingenio, se ha buscado otro organismo para buscar apoyos a sus insensatas medidas. Por un lado, la cátedra que incluye en su denominación el eufemístico nombre de “sostenible” agrupa a una serie investigadores que sólo confían en paliar con tecnología lo que la agricultura intensiva provoca, vertidos contaminantes cargados de nitratos que enturbian el agua y matan todo rastro de vida, lo que equivale a tratar a una persona obesa con medicamentos y aparatos que monitorizan sus constantes vitales, pero sin cambiar sus hábitos de vida, en vez de ir al origen del problema, con un cambio de dieta radical y la práctica moderada de ejercicio.

Por otro, la fundación, formada por el lobby agroindustrial que no tiene intención de cambiar de métodos de cultivo, nos regala otra extravagante declaración de su presidenta, afirmando que "el mayor cáncer del Mar Menor son las aguas subterráneas”, culpando a la naturaleza de las prácticas agrícolas insostenibles, con el uso masivo de fertilizantes sintéticos y pesticidas.

A estos dos cómplices se suma ahora la Real Academia de la Ingeniería, institución con sede en Madrid, con quien el gobierno regional pretende firmar un convenio, cuyos dos objetivos son, literalmente, “promover la ingeniería en nuestra sociedad y por otro, asesorar, de forma independiente, a instituciones públicas y privadas en materias relacionadas con la ingeniería”, lo que nos hace pensar que López Miras se quiere basar, una vez más, en obras y caras infraestructuras para abordar el problema del Mar Menor, obviando el verdadero origen de la eutrofización (exceso de nutrientes) de la laguna.

Buscar soluciones al problema ecológico del Mar Menor atendiendo a “expertos” ajenos a la Ecología, la ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos entre sí y con el medio en el que viven, sin contar con ecólogos y ecólogas que llevan décadas estudiando este ecosistema, supone un error mayúsculo. Científicos independientes que son ignorados, a pesar de llevar años alertando de la problemática del Mar Menor, que no se dejan llevar por intereses políticos, sino que conocen como nadie la laguna y saben cómo revertir la situación. Mientras la clase política siga haciendo oídos sordos a lo que tiene que decir la ciencia, y los votantes sólo se dejen llevar por promesas de riqueza, a menudo infundadas, sacrificando lo más importante que tenemos que dejar a las generaciones futuras, un medio ambiente saludable y bien conservado, será difícil encontrar soluciones.

Esta segunda manifestación masiva en la región en dos años tiene que servir para que la sociedad murciana abra los ojos de una vez por todas y aplique lo que decía Einstein: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. 26 años aplicando los mismos métodos han destrozado el Mar Menor. Hagamos algo diferente. El Mar Menor se merece otra oportunidad.

Artículo publicado hoy en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/mar-menor-merece-oportunidad_132_8385579.html


miércoles, 8 de septiembre de 2021

OTRO MAR MENOR ES POSIBLE


Foto: Diego Montana

Tras la lamentable intervención de López Miras en la rueda de prensa motivada por la muerte masiva de peces en las orillas del Mar Menor el pasado 16 de agosto, en la que se autoproclamaba 'salvador' de la albufera, tirando balones fuera, sin un atisbo de autocrítica y responsabilizando al Gobierno central de su propia permisividad e inacción ante el aumento exponencial de regadíos ilegales y vertidos descontrolados, el Gobierno regional ha iniciado una campaña de desinformación a través de organismos y columnistas afines para descargar la responsabilidad a los principales causantes de la degradación a ojos vista del Mar Menor, aunque no los únicos: la agroindustria.

Así, la Fundación Ingenio, aparecida en mayo de 2020 como reacción de un sector de la agricultura, y cuyos objetivos teóricos son “poner en valor una agricultura responsable, comprometida e innovadora”, no ha tenido empacho en afirmar, a través de su directora, Natalia Corbalán, que "ya no hay vertidos de la agricultura actual hacia el Mar Menor”, como si el mero hecho de decirlo fuera a convertirse en realidad. Además, la directora de la Fundación no desaprovecha la oportunidad para acusar a los grupos ecologistas, a los que califica de “activistas radicales”, de ser un “lobby hiperfinanciado”. Esta organización se plantea, además, crear un movimiento de “chalecos verdes”, al estilo de los “chalecos amarillos” franceses, a través de un ente del que poco se sabe, denominado 'Ecologismo y Sociedad', pero que ya intuimos que de ecologista tiene poco.

También la Cátedra de Agricultura Sostenible del Campo de Cartagena (sic) de la UPCT, creada en 2017 con la colaboración, curiosamente, de la Federación de Cooperativas Agrarias de Murcia (FECOAM), la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y con la participación de trece empresas y cooperativas agrícolas de la zona, se centra más en buscar soluciones tecnológicas, básicamente sistemas de desnitrificación de salmueras, antes que incidir en el origen del problema.

En otra categoría encontramos artículos de personas pertenecientes al ámbito universitario, pero no especialistas en la materia, y de la órbita del PP, como el exalcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara o el exdirector general de Transportes, Salvador García Ayllón, repitiendo el mantra oficial de que la culpa del deterioro del Mar Menor no es de la agricultura y que para solucionar el problema hay que dragar las golas y vaciar el acuífero cuaternario para depurarlo y echar los residuos salobres al Mediterráneo, soluciones ambas rechazadas por la amplia mayoría de científicos que, esta vez sí, han estudiado el ecosistema marmenorense desde hace décadas. El paroxismo llegó con la visita a la zona del líder de Vox Iván Espinosa de los Monteros declarando de forma provocadora que "se debería incrementar, y mucho, la zona de regadío” y acusando a los ecologistas de “responder a incentivos ideológicos, muy distintos a los de la preservación del medio ambiente”. No se me ocurre otra razón de ser de los ecologistas que la defensa del medio ambiente, pero en fin.

Ante esta ofensiva de carácter ideológico, con la que se persigue perpetuar un modelo agrícola contaminante y cortoplacista, basado en la propuesta de medidas ineficaces para salvar el Mar Menor y la descalificación de todo aquel o aquella que ose desmontar la versión oficial, se alzan voces autorizadas que gritan a los cuatro vientos que otro Mar Menor es posible, aunque con poco éxito. Entre el colectivo agrícola, no todos practican los métodos intensivos. Al contrario que las grandes empresas agropecuarias, hay pequeños agricultores que usan métodos agroecológicos y que intentan recuperar, además, variedades de frutas y hortalizas que están en peligro de extinción, aunque la superficie cultivada con estos métodos es aún pequeña, algo más de 3.000 hectáreas en el Campo de Cartagena, un 5% del total.

El Gobierno regional ha intentado dar un barniz científico a su intento de erigirse como 'salvador' del Mar Menor, montando un foro con el rimbombante nombre de 'Ciencia para recuperar el Mar Menor', en el que han participado científicos de las tres universidades de la Región (UMU, UPCT y UCAM) que no han hecho sino apoyar las medidas anunciadas por el gobierno regional, pero sin contar con los que proponen soluciones diferentes a la versión oficial. Muchos de estos científicos, pertenecientes a las Universidades de Murcia, Cartagena y Alicante, al CSIC, al Instituto Español de Oceanografía y a la Fundación Nueva Cultura del Agua, especialistas todos ellos en el estudio de la laguna, algunos de los cuales dimitieron del Comité Científico de Seguimiento del Mar Menor por desavenencias con la Comunidad Autónoma, firmaron un comunicado en 2019 en el que se reafirmaban en su postura de responsabilizar a los vertidos provenientes de la agricultura y otras actividades como el turismo de la agonía del Mar Menor.

El Gobierno regional y sus mensajeros insisten en no responsabilizarse de su obligación de vigilar y, en su caso, sancionar las actividades que han llevado a Mar Menor a su situación actual y, por supuesto, de desmontar las 8.500 hectáreas ilegales. Pero todavía hay una esperanza, si se atiende la opinión de los agricultores sensatos y sostenibles y al consenso de la mayoría de la comunidad científica, que hacen propuestas cuyo único fin es salvar al Mar Menor, no huir hacia adelante para continuar con esta carrera desenfrenada hacia el colapso de la laguna litoral más grande del Mediterráneo Occidental.

Articulo publicado hoy en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/mar-menor-posible_132_8278529.html

domingo, 15 de agosto de 2021

¿ALARMISMO? NO, REALIDAD

4 de septiembre de 1979. Programa en directo de la televisión francesa, en el que intervienen, entre otros, Haroun Tazieff, reputado vulcanólogo, y Jacques-Yves Cousteau, la estrella mediática que desveló al gran público los fondos marinos a través de sus documentales y series de televisión. En un momento del programa, Tazieff anticipa que, debido a la acción humana, el nivel del mar subiría por el calentamiento global debido a la emisión de gases de efecto invernadero. Súbitamente, Cousteau interrumpe para exclamar que eso era un camelo, una tomadura de pelo, ya que sólo con la existencia de masas forestales y los océanos bastaría para contrarrestar ese supuesto calentamiento global, a lo que el presentador apostilla que era un mensaje alarmista que podría llevar al pánico a la audiencia. ¿Cuál de los dos mensajes caló en la audiencia? ¿El alarmista o el tranquilizador? A la vista de nuestra trayectoria en relación al calentamiento global, está claro que fue el de la figura más famosa, que minimizó la acertada previsión del vulcanólogo. 

Casi 42 años después, miles de trabajos científicos han ido apuntalando esa previsión. El último de ellos, el 6º informe de 'El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático' (IPCC), publicado el pasado 9 de agosto, afirma que la subida del nivel del mar anticipado por Tazieff es un proceso irreversible, y que esta subida del nivel engulliría a finales de siglo zonas costeras por todo el globo, incluida la Manga del Mar Menor, afirmación que le valió a una ONG ambientalista una denuncia por parte de una inmobiliaria en 2009 de la que fue absuelta.

El informe del IPCC afirma, además, que se intensificarán tanto las precipitaciones como las sequías extremas, dependiendo de la latitud. Los eventos de subidas del nivel del mar que antes ocurrían cada 100 años pueden ocurrir cada año. Se intensificará la fusión del permafrost, la acidificación de los océanos y la pérdida de hielos árticos y antárticos, afectando al modo de vida de las poblaciones que dependen del territorio para subsistir y a las especies asociadas a esos ecosistemas. El informe incluye, por primera vez, un atlas interactivo donde se pueden comprobar los efectos de la emergencia climática por regiones del planeta. En todas ellas se verifica el aumento lento pero implacable de la temperatura. Ya se da por sentado que el aumento de 1,5 grados centígrados que el Acuerdo de París de 2015 quería evitar es algo irremediable, llegándose a prever un aumento de la temperatura media planetaria de 4,4 grados centígrados a finales de siglo si no varía la tendencia, cosa que parece que estamos abocados a experimentar, a pesar de las repetidas llamadas a la responsabilidad de los gobiernos para revertir la situación. 

Los incendios devastadores de California, Turquía, Grecia; la pérdida masiva de hielo y glaciares en las latitudes altas, las temperaturas extremas que estamos sufriendo (se alcanzó el pasado 11 de agosto en Sicilia el récord absoluto de temperaturas en Europa, con 48,8 grados centígrados, debido a un anticiclón bautizado con el ilustrativo nombre de Lucifer); las DANA que provocan inundaciones asociadas a muertes y pérdidas materiales, cada vez más al norte, ya no son fenómenos exclusivos de la zona mediterránea, como han comprobado en Alemania, Bélgica y Países Bajos. Todas estas llamadas de atención de la naturaleza no hacen sino confirmar lo que, desde hace décadas, nos vienen advirtiendo los expertos.

¿Significa esto que debemos resignarnos a sufrir los efectos de la emergencia climática? No, pero la manera de revertir estos efectos supone tomar unas medidas drásticas para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), hasta alcanzar las emisiones cero en 2050. Eso significa cambiar radicalmente el modo de producción, nuestra manera de movernos, modificar nuestros hábitos de consumo, incluso nuestra manera de divertirnos. Los gobiernos deben tomar decisiones rápidas y valientes, a menudo en contra de los lobbies económicos, en nombre del interés general. ¿Estamos dispuestos a ello como sociedad? ¿Es alarmismo? No, es la realidad.

Articulo publicado en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/alarmismo-no-realidad_132_8218050.html?fbclid=IwAR2v2QydiWVutDz3zQUoc9tfXqF-9WAkatFJxAmtoHSmwYY4DCctPHhx-Tk

jueves, 10 de junio de 2021

SALVAR COPE Y CALNEGRE




El pasado viernes 4 de junio, víspera del Día Mundial del Medio Ambiente, se presentó en Lorca la Plataforma “Salvar Cope y Calnegre”, integrada por asociaciones ecologistas y naturalistas y apoyada por varios partidos políticos, cuyo principal objetivo es promover la aprobación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del Parque Regional de Calnegre y Cabo Cope, espacio natural protegido de 2.665 hectáreas distribuidas entre los municipios de Lorca y Águilas.

Esta herramienta, el PORN, es el instrumento con que cuentan las administraciones para gestionar los usos de estos espacios, haciendo compatibles las actividades económicas no agresivas con el medio con la protección de los hábitats y la conservación de la biodiversidad. El espacio de Cabo Cope y Calnegre ha sido pasto, desde hace más de 40 años, del afán depredador de unos cuantos especuladores, que han visto esta franja litoral situada entre Calabardina y el poblado de Calnegre como el lugar ideal para promover todo tipo de proyectos que habrían supuesto la destrucción de este rincón casi virgen del Mediterráneo occidental de no haber sido por la movilización ciudadana.

Así, a comienzos de los años 70, estuvo a punto de ser construida una central nuclear en los terrenos que entonces (y ahora) pertenecían a Hidroeléctrica Española (hoy la privatizada Iberdrola), parada por un puñado de ecologistas que constituyen los pioneros de este movimiento en la Región de Murcia, Pedro Costa, Pedro Guerrero, a los que se sumó el actor Paco Rabal, cuyo hijo Benito, el conocido director de cine, es uno de los promotores de esta plataforma que se presenta ahora. A finales de los años 80, la voracidad urbanística iba detrás de construir en las calas de Calnegre, lo que provocó la reacción de colectivos ecologistas y naturalistas en torno a la Coordinadora Pro-Defensa de Calnegre.

Al comienzo de los años 2000 de nuevo el espacio natural fue amenazado, a pesar de que en 1992 fue declarado Parque Regional. La Ley Regional del Suelo de 2001 abrió la caja de Pandora para construir por doquier y, al abrigo de esta aberración, se proyectó la famosa Marina de Cope, una “marina d’or” a la murciana, con miles de viviendas, hoteles, campos de golf, piscinas y puertos interiores, proyectada para 50.000 personas, comunicada con la, esa sí realizada y deficitaria, autopista Cartagena-Vera. Afortunadamente, el sueño megalómano del sector de la construcción, apoyado por el gobierno regional de Valcárcel, fue cortado en seco por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia, merced a la denuncia presentada en su día. Sólo en fechas recientes, en octubre de 2020, el TSJ desestimó los recursos de casación acumulados de Iberdrola Inmobiliaria SAU y la Asociación Colaboradora de Propietarios de la AIR Marina de Cope, que agrupa a los propietarios mayoritarios de los terrenos en la Marina.

Paralelamente a esta plataforma, otras organizaciones ecologistas, como ANSE y WWF, entablan su particular lucha por este espacio natural. Así, ANSE realizó la compra de los terrenos de Cabo Cope el pasado mes de abril por 500.000 euros, a lo que el gobierno regional reaccionó ejerciendo su derecho de retracto, es decir, de adquisición pública de esos terrenos, maniobra incomprensible por cuanto que la administración podría dedicar esos fondos para adquirir otros espacios, toda vez que el cabo se encuentra a salvo de la especulación al ser propiedad de un grupo ecologista. A su vez, tanto ANSE como WWF remitieron una carta a la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente instándoles a crear el Consejo Rector del Parque, así como que se apruebe el PORN.

Sólo la aprobación del PORN podrá poner coto a los intentos de urbanizar y llenar de invernaderos, campings de lujo e infraestructuras turísticas este espacio codiciado por los que solamente miran su propio beneficio a corto plazo. Pero estos planes de ordenación no son necesarios solamente en Cope y Calnegre. Resulta que la Comisión Europea reclama al gobierno regional la aprobación de los PORN de la mayoría de los espacios protegidos de la Región de Murcia, ya que de la cincuentena de estos espacios existentes en la región, que acumulan figuras de protección como pertenecer a la Red Natura 2000, ser LIC (Lugares de Interés Comunitario) y ZEPA (Zonas de Especial Protección de Aves), sólo 5 tienen desarrollados esos planes.

La dejadez del gobierno regional en estos años, más preocupados por atender las demandas de sectores económicos a menudo incompatibles con la protección del medio ambiente y relacionados con casos de corrupción, debe dar paso a la acción decidida de la sociedad civil y a la unidad de actuación de los diferentes sectores ecologistas y partidos políticos, dejando de lado rencillas y trabajando codo con codo para conseguir un solo objetivo: Salvar Calnegre y Cope.

Articulo publicado en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/salvar-cope-calnegre_132_8017724.html

domingo, 6 de junio de 2021

LO VERDE VENDE

Tras las convulsas elecciones madrileñas, convertidas en plebiscito al gobierno, cuyos resultados favorables al PP les ha hecho alcanzar un estado cercano a la euforia, como si lo que ocurre en la capital y su comunidad autónoma fuera extrapolable al resto del país, se ha iniciado la carrera por apuntarse al carro de lo verde como ideología con más proyección, tal y como está sucediendo en en resto de Europa.

Los partidos verdes europeos han cosechado en los últimos años una serie de éxitos, al comprobar los votantes, sobre todo jóvenes, que los partidos al uso, desde la izquierda, con los postcomunistas y socialdemócratas, hasta la derecha conservadora y civilizada, no aportan soluciones imaginativas a los problemas y retos planteados en el siglo XXI. Se ha verificado este hecho en Francia, donde en las elecciones municipales de junio de 2020, Europe Ecologie Les Verts (EELV) añadieron más alcaldes y alcaldesas verdes a las ciudades ya gobernadas por este partido, como Lyon, Burdeos, Estrasburgo, Poitiers, Besanzón y Tours, además de conservar el control de Grenoble. Otro ejemplo lo tenemos en Alemania, donde incluso Bündnis 90/Die Grünen (los verdes alemanes) tienen la posibilidad de disputar la cancillería a la todopoderosa Angela Merkel, jefa del gobierno durante una década y media.

En España, como suele ser habitual, las cosas son diferentes, ya que ni tenemos una derecha civilizada, pues se acercan bastante a la ultraderecha, debido a la permisividad que siempre ha habido aquí a las proclamas franquistas, ni el partido verde que representa a los Verdes Europeos, Verdes-EQUO, ha conseguido aún imponerse en el imaginario colectivo, a pesar de la situación de emergencia climática y de pérdida de biodiversidad que sufrimos. El partido verde español, Verdes-EQUO, fundado en 2011, eligió desde 2015 unirse a estos nuevos partidos de izquierda en las citas electorales generales, autonómicas y municipales, en un intento de asegurarse la representación institucional desde la que aplicar políticas verdes, con las excepciones de las elecciones andaluzas de 2018 y las vascas de 2020, donde Verdes-EQUO concurrieron en solitario. Así fue con Unidas Podemos en 2015, con el resultado de tres diputados, unión frustrada en 2019 cuando se eligió a un nuevo socio, Más País, con el que se consiguió una diputada en el Congreso y, en las recientes elecciones madrileñas, con dos diputados regionales en la Asamblea de Madrid tras la unión con Más Madrid, resultados bastante magros, en mi opinión.

Los partidos verdes europeos no han conseguido el éxito de la noche a la mañana, sino que es el resultado de años de duro trabajo. Así, Die Grünen fue un partido creado en 1980; en 1983 entraron por primera vez en el Bundestag, en 1998 formaron parte del Gobierno federal como socio menor, en 2011 lograron investir a su primer presidente regional y ahora, 41 años después de su fundación, las encuestas los colocan como segunda fuerza política, apenas a un puñado de puntos por detrás de la CDU/CSU de Merkel. En Gran Bretaña, el Partido Verde de Inglaterra y Gales, fundado en 1990, se ha colocado como tercera fuerza en las elecciones locales, mientras que el partido verde escocés es clave para formar gobierno.

Mirando al espejo de Europa, el nicho electoral verde es muy apetecible para determinados partidos de izquierdas, a pesar de que ni su trayectoria ni su discurso hayan hecho mención hasta ahora a la ecología política, base ideológica de los partidos verdes. Lo verde vende, le da un marchamo de calidad a cualquier formación política, por eso los partidos a la izquierda del PSOE se disputan el calificativo de “verdes”, aunque sus decisiones a veces contradicen lo que la mayoría de organizaciones ecologistas reclaman, como se ha visto con la Ley de Cambio Climático, claramente insuficiente para estos grupos.

Ante el avance de la ultraderecha, los partidos verdes se han confirmado como el mejor cortafuegos para limitar su ascenso. En España se han generalizado las cooperativas políticas con la unión de varios partidos para superar las limitaciones de la ley electoral D’Hont, que castiga a los partidos más pequeños. Esas uniones, en las que Verdes-EQUO está participando, no pueden llevarse a cabo con la invisibilización de hecho del partido verde por antonomasia. Sólo con una relación entre pares e igualdad de trato esas “cooperativas políticas” podrían llevarse a efecto a nivel nacional. Se hace necesaria más que nunca la existencia de un partido verde fuerte, que ha demostrado que propone soluciones a los problemas de este siglo. Sólo con una mayor implicación social y activa de la sociedad, sobre todo por parte de la juventud, se conseguirá ese objetivo.

Artículo publicado el 15 de mayo en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/verde-vende_132_7935277.html

lunes, 5 de abril de 2021

EL GOBIERNO SE RINDE A LA ULTRADERECHA

Ya se están notando las consecuencias de la rendición del gobierno de López Miras a la ultraderecha en dos de los pilares de lo que define, por un lado, una sociedad avanzada, como son la Educación y la Cultura, y la idiosincrasia de nuestra región, el Mar Menor.

Si nada lo impide, la Consejería de Educación y Cultura caerá en manos de los “díscolos de Vox”, manera eufemística de designar a los tres diputados regionales que fueron expulsados de la formación ultra, como si con esa acción hubieran perdido un ápice de su ideología reaccionaria, racista, machista y xenófoba. La que será consejera del ramo, Mabel Campuzano, quiere imponer el llamado “pin parental” (o neanderthal, tal y como se le conoce en los ámbitos educativos), a pesar de haber sido suspendido cautelarmente por el Tribunal Superior de Justicia de Murcia hace poco más de un año, justo antes de la declaración del estado de alarma por la pandemia, al considerar un perjuicio identificable la posibilidad de la no realización por los alumnos de una actividad obligatoria y evaluable por no autorizarlo sus progenitores. Esta formación política no entiende que la infancia tiene sus propios derechos, entre ellos, el derecho a no heredar los prejuicios de sus padres y madres, y el derecho a recibir una educación integral que intente erradicar cualquier atisbo de comportamientos sexistas, machistas, xenófobos o discriminatorios.

Y no solamente quieren aplicar el veto parental a las actividades complementarias, sino que pretenden ampliar esa prerrogativa parental a los propios contenidos de las asignaturas, pasando por encima de las leyes que establecen los contenidos curriculares. Esto podría llevarnos al extremo de que se veten aspectos curriculares que no coincidan con su ideario, como podrían ser la teoría de la evolución, el origen golpista de la guerra civil española o la explicación de la reproducción sexual, por poner tres ejemplos.

La intención de la nueva consejera de incorporar el “cheque escolar” no es sino el modo soterrado de favorecer aún más a la educación privada y concertada, ya que ese dinero que se daría a las familias no es necesario en la educación pública gratuita y universal. Además, con esta medida se confirma lo que es sabido, que la educación concertada supone un gasto extra para los bolsillos de las familias que optan por ese tipo de enseñanza, por lo que el sector ultra del gobierno regional no tiene reparos en dedicar más dinero público a la financiación de la enseñanza concertada, cantidad que ya alcanza el 19% del presupuesto total destinado a la educación en la Región de Murcia.

La incorporación de la ultraderecha, por primera vez en la historia reciente española, en el gobierno del PP de la Región de Murcia puede traer otra consecuencia negativa, como es la pretensión de Vox de eliminar la Ley del Mar Menor, argumentando que con ella “se quiere acabar con la agricultura”. Es decir, quieren dar vía libre a seguir con el modelo agrícola intensivo y contaminante, causante en gran medida de la degradación de la mayor albufera de agua salada del Mediterráneo occidental, demostrando el poco interés que tienen en restaurar y conservar esta joya ambiental. A esto se suma el anuncio del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura de iniciar movilizaciones si se modifican las reglas de explotación del trasvase, aunque en breve se trasvasarán 174 hectómetros cúbicos de agua desde la cabecera del Tajo, a pesar de que los embalses de Entrepeñas y Buendía no superan el 30% de su capacidad, tal y como ha denunciado la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo en un reciente comunicado. Tampoco el colectivo de la industria agropecuaria parece tener intención de cambiar su modelo productivo, que ha demostrado ser muy perjudicial para el Mar Menor. No es casualidad que la zona del Mar Menor y del Campo de Cartagena es donde el partido ultraderechista encuentra su mayor caladero de votos, lo que ha obligado a López Miras a reunirse con los agricultores, ante el avance de Vox en la zona.

Se avecinan tiempos inciertos en los que, con la entrada de la ultraderecha en el gobierno de López Miras, la educación pública está una vez más amenazada y en riesgo de una mayor degradación y en los que se ve cada vez más lejos la recuperación del Mar Menor. La ciudadanía de la Región de Murcia debe reaccionar ante esta situación.

Artículo aparecido hoy en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/gobierno-rinde-ultraderecha_132_7373229.html


domingo, 21 de febrero de 2021

POR UN FONDO DE RECUPERACIÓN SOSTENIBLE

El pasado 21 de julio se aprobó por parte de la UE el llamado Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia “Next Generation EU”, un ambicioso plan de ayudas a los países miembros para hacer frente a la crisis económica surgida por la situación de pandemia, cifrado en la mareante cifra de 750.000 millones de euros, financiados mediante la emisión de deuda comunitaria, de los cuales 140.000 millones irán destinados a nuestro país, unos 60.000 millones en forma de transferencias directas de aquí a 2023, y el resto mediante préstamos. Seríamos el segundo país de la UE, tras Italia, en recibir la mayor cuantía, debido a la mayor incidencia de la pandemia. Hay un dato importante, que el 70% de esos fondos (98.000 millones) deberán ser usados antes del final de 2022.

El Gobierno será el encargado de repartir esos fondos, en colaboración con las comunidades autónomas y las entidades locales. En teoría, esos fondos irán dirigidos a lograr una transición ecológica de la economía que contrarreste los efectos del cambio climático y de la pérdida de biodiversidad, además de conseguir la llamada transición digital, para mejorar la digitalización tanto de la población en general, disminuyendo la brecha digital entre los diferentes sectores de la sociedad, como de las empresas. También se pretende reducir la brecha de género, mejorando el acceso al mercado laboral de las mujeres e igualando los salarios entre hombres y mujeres. Este plan se concreta en 10 políticas palanca que abarcan áreas como el mundo rural, industria, ciencia, educación, cultura, movilidad, energía, turismo, sanidad, deporte, empleo, cuidados y fiscalidad.

En teoría, la cosa pinta bien, siempre y cuando los fines se ajusten a los objetivos marcados por la Unión Europea en cuanto al destino de esos fondos. Y he aquí que se empiezan a vislumbrar algunas cosas que nos indican que lo mismo no van a ir destinados a quienes deberían, y que son los de siempre los que se van a ver beneficiados. Así, se va sabiendo que, del total adjudicado a España, sólo 7.000 millones de euros irán destinados a las pymes, y que el grueso de esos fondos serán para las grandes empresas que cotizan en el Ibex-35, que ya han presentado centenares de proyectos por valor de más de 100.000 millones de euros. Solo entre Endesa, Iberdrola y Naturgy han presentado más de 360 proyectos para captar más de 53.000 millones de euros de los fondos europeos. Iberia, de la mano de Aena y Airbus, está formando un consorcio para absorber otros 11.000 millones. Las grandes constructoras cotizadas españolas han presentado cerca de 2.200 proyectos por valor de más de 100.000 millones.

También se ha sabido que la Comunidad de Madrid pretende absorber el 15% del total de los fondos, más de 22.000 millones de euros, para financiar proyectos sostenibles, sí, pero también para dedicarlos a proyectos como la Ciudad de la Justicia, ese viejo proyecto ruinoso de Esperanza Aguirre, con más de 400 millones, o la ampliación del aeropuerto de Barajas, mientras que la España vaciada reclama que el departamento de Reto Demográfico del Ministerio que dirige Teresa Ribera no sea sólo un eslogan, y que canalice esos fondos para evitar la despoblación de las zonas rurales.

El modelo productivo español está basado en el sector servicios, que aporta casi el el 68% del PIB nacional, frente al 20% procedente de la industria y un escaso 2% de la agricultura y la ganadería. Cuando gran parte de la economía depende del monocultivo del turismo y la hostelería (con la construcción como aliada), nos encontramos con una escasa resiliencia, es decir, con una baja capacidad de recuperación ante situaciones de crisis como la que atravesamos, tal y como estamos comprobando, al carecer de una diversificación económica. Ante esto, lo que se impone es un cambio de rumbo, un aumento en la inversión en otros sectores, sobre todo los relacionados con la I+D+i, las tecnologías ligadas al sector verde (reciclaje, bioconstrucción, energías renovables, movilidad sostenible, silvicultura, etc.), la economía del cuidado, las ciudades inteligentes, la alimentación y nutrición de calidad, antes que reincidir en los sectores de bajo valor añadido y altamente dependiente de los avatares de la globalización.

España tiene la oportunidad de encauzar la recuperación económica del país con un objetivo, realizar una verdadera transición ecológica de la economía o, por el contrario, podría repetir los errores del pasado, manteniendo un sistema a menudo insostenible desde el punto de vista ambiental y que solo beneficia a las grandes empresas. No la desaprovechemos.

Articulo aparecido hoy en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/fondo-recuperacion-sostenible_132_7237260.html


viernes, 8 de enero de 2021

LOS OTROS TITULARES DE 2020


Acabamos de pasar el que posiblemente sea el peor año en décadas. Al ver cualquier informativo televisado, o leer cualquier diario digital, ya sea español o de otro país, la COVID-19 inunda las noticias nacionales e internacionales, desde todos los ángulos posibles, el sanitario, el económico, el social y político. Ya se sabe que los medios de comunicación, cuando encuentran un filón informativo, lo explotan al máximo, hay que rellenar minutos, aunque sea haciendo el recuento exhaustivo de los contagiados y fallecidos al minuto. 

 Pero, ¿recuerdan los titulares de las noticias de hace uno o dos años? ¿Acaso no ha ocurrido nada más en este aciago 2020? Lo que hace unos meses abría la cabecera de los telediarios ha pasado al olvido, aunque sean conflictos que siguen su curso y la atención internacional los haya dejado de lado, casi todos ellos con intervención externa de países como EE.UU., Rusia o Arabia Saudí. La guerra de Siria, por ejemplo. Tras casi 10 años de combates implacables, los sirios siguen sufriendo en sus carnes el conflicto bélico, con 387.000 muertos desde el comienzo de las hostilidades, de los cuales unos 117.000 son civiles y 22.000 son niños, casi 7.000 durante el año pasado. Sin ir más lejos, el pasado sábado 2 de enero un coche bomba estalló en el noreste de Siria, causando 5 muertos. Otro tanto ocurre en Yemen, donde la guerra que enfrenta a dos bandos, los hutíes, leales al ex-presidente Salé, y los seguidores del presidente Al-Hadi, que subió al poder tras un golpe de estado en 2014, se acerca a su sexto año de existencia. Tampoco debemos olvidar otros conflictos armados en Somalia, Afganistán, Sudán del Sur o Irak, con millones de desplazados y víctimas.

Precisamente, el desplazamiento de millones de personas debido a esos y otros conflictos es una “no noticia” que ocurre diariamente, a las que se añaden las migraciones por causas climáticas (aumento del nivel del mar que salan los acuíferos, sequías, inundaciones y tifones). Durante 2019 hubo más de 17 millones de desplazados en el mundo, aunque la situación de pandemia ha hecho descender esas cifras. La solución a esta situación pasa por respetar el Pacto Mundial sobre Migración, suscrito en 2018 por la casi totalidad de los países de la ONU, salvo Estados Unidos, Austria, Hungría, Polonia, Estonia, Bulgaria, República Checa, Israel, Australia y República Dominicana, con 23 medidas concretas como luchar contra la trata y el tráfico de personas, evitar la separación de las familias, usar la detención de migrantes sólo como última opción o reconocer el derecho de los migrantes irregulares a recibir salud y educación en sus países de destino.

Pero no todos los acontecimientos que han ocurrido durante el 2020 son negativos. La pandemia ha reducido drásticamente el acoso a la naturaleza, con la disminución en un 42% de los vuelos comerciales o la reducción de los niveles de contaminación de las ciudades por la menor movilidad de sus habitantes, aunque no a niveles suficientes como para disminuir la concentración de CO2 en la atmósfera. Es lo que los científicos han denominado la “antropausa”, que se ha visto reflejada en algunos episodios que han tenido eco en los medios, como la aparición de ballenas en la bahía de Nueva York, de pumas en el centro de Santiago de Chile, delfines en la bahía de Trieste o chacales en Tel-Aviv. Tal vez el acontecimiento más positivo del año haya sido la derrota de Donald Trump en las elecciones de noviembre, firme defensor de los combustibles fósiles, y el anuncio del nuevo presidente Joe Biden de la vuelta a los Acuerdos de París de la COP21 de 2015, por lo que se abre una ventana de esperanza para que el segundo país emisor de gases de efecto invernadero tras China se incorpore a la lucha contra el cambio climático.

Todos los científicos están de acuerdo en que la inversión en la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático son la mejor vacuna contra las futuras pandemias. La actual epidemia pasará, presumiblemente a mediados de este año, y con ella la crisis económica asociada, pero los demás retos que se nos presentan, los conflictos armados en diversas áreas del planeta, las migraciones, la crisis climática y la pérdida de hábitats y de biodiversidad deben volver a las primeras páginas de los medios y en las agendas internacionales para ser solucionadas a corto y medio plazo.

Articulo publicado hoy en el diario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/titulares_132_6733630.html