jueves, 7 de marzo de 2013

DEMOCRACIA INTERNA PARA PARTIDOS DEL SIGLO XXI

Muchos partidos políticos reclaman una mayor calidad democrática, de modo que las distintas posturas que tiene la sociedad se vean reflejadas en las instituciones de un modo fidedigno. Para eso se pide insistentemente cambios en la ley electoral, que las ILP sean atendidas con una mayor frecuencia por el Congreso, que haya una mayor transparencia, etc.

Pero, a menudo, esos mismos partidos, en su funcionamiento interno, incurren en los vicios y en las mismas prácticas que ellos mismos denuncian repetidamente. La elección de candidatos, secretarios generales o cargos debería ser un proceso abierto, transparente, en igualdad de condiciones para todas las personas que pretendan acceder a ocupar esos puestos. También la participación de afiliad@s y simpatizantes debe estar garantizada de forma directa, y no solamente a través de delegaciones. Si se pide que la ciudadanía en general tenga voz de un modo más claro y amplio, y no solamente a través de los representantes elegidos cada 4 años en las urnas, lo mismo debe hacerse con las personas que están en los partidos políticos. Sin embargo, las estructuras rígidas, jerárquicas y piramidales de la mayoría de estas organizaciones impide que en el seno de los partidos políticos tradicionales se lleve a cabo este proceso que se quiere para el resto de la sociedad. Veamos algunos ejemplos.

Recientemente, el PS de Galicia (PSdG) aprobó elegir a su secretario general mediante primarias abiertas a toda la afiliación. Sin embargo, desde Ferraz, la cúpula del PSOE, con Rubalcaba y López a la cabeza, amenaza con vetar la iniciativa, alegando que la elección indirecta mediante delegados “es el único procedimiento reconocido por el PSOE” y cualquier alternativa es “innegociable”. A esto se suma que las candidaturas deben ir acompañadas de un número determinado de avales, es decir, de firmas que ratifiquen esa candidatura, lo que da pie a que solamente las personas cercanas a las cúpulas del poder partidista puedan presentar candidaturas, imposibilitando que l@s militantes de base puedan optar a determinados cargos, como denuncian ellos mismos.

Pero también ocurre en otros partidos como la coalición IU, donde en su Asamblea en Madrid se decidió dejar fuera de la Ejecutiva regional al sector crítico, a pesar de representar el 49% de su militancia. Pese a lo igualado de los sectores existentes, solamente ocuparán los 29 puestos ejecutivos los representantes de la corriente continuista del anterior secretario general. Curiosa manera de reclamar la presencia de grupos minoritarios en los órganos institucionales, si ni siquiera lo permiten en su organización interna, a pesar de representar la mitad de su militancia. Ya en 2012 la dirección central de IU se negaba a reconocer la asamblea regional de la coalición en Extremadura por cuestiones de diferencias de entendimiento, en un giro autoritario y centralista.

UPyD tampoco se libra de las prácticas autoritarias en su seno. El partido hecho a imagen y semejanza de su lideresa, expulsó en 2010 a un rival de Rosa Díez por unas declaraciones contra ella, llegando a echar también ese mismo año a cuatro militantes por enlazar páginas de otros partidos en sus muros de Facebook, hecho que cuestiona la libertad de expresión de l@s afiliad@s a ese partido, además de que investigar los facebooks privados es, como mínimo, reprobable. Esta formación también censuró recientemente a su portavoz en el Ayuntamiento de Armilla (Granada), prohibiéndole hablar con los medios de comunicación.

¿Y qué decir del PP? En este partido, se designa, no se elige. Se nombra a los sucesores de los máximos dirigentes. De esa manera Aznar sucedió a Fraga en 1990, y aquel nombró a Rajoy. Los candidatos son designados por las cúpulas, y las bases no pueden decir nada al respecto. Los propios militantes del PP lo denuncian una y otra vez: "Es prácticamente imposible ganar un congreso en contra del aparato. No hay igualdad de oportunidades ni neutralidad alguna. Los distritos y las comarcas se ponen a trabajar por y para una de las candidaturas, la llamada “oficialista”. Además hay mucha gente que vive de su cargo y tiene miedo a las posibles represalias “si se equivoca a la hora de dar el aval”, comenta un pre-candidato a presidir el PP catalán

Sin embargo, hay un partido, al que estoy afiliado, en el que las cosas son totalmente diferentes. En EQUO las decisiones se toman por parte de tod@s l@s afiliad@s que lo deseen y, en muchos casos, también por parte de l@s simpatizantes. Cualquier persona afiliada puede presentarse a cualquier cargo, sin avales ni recomendaciones. Así, el actual co-portavoz de EQUO, Juan López de Uralde, fue elegido en su día candidato a presidente del gobierno en las elecciones del 20N en competencia con otras 25 personas, en elección online abierta a afiliad@s y simpatizantes. Cualquier persona de EQUO puede votar y ser votado. La asamblea es el órgano superior de decisión, y no hay cúpulas que tomen decisiones a espaldas de la totalidad de la afiliación. Para EQUO, los medios informáticos son una gran ayuda para compartir la toma de decisiones y el uso pionero en España del llamado Voto Único Transferible (VUT) por parte de esta formación permite que los distintos órganos estén formados por personas que representan todas las sensibilidades presentes en EQUO. Además, la implementación de una herramienta como la Equomunidad virtual facilita el debate, el compartir documentos y la toma de decisiones. 

Listas abiertas, la máxima de una persona, un voto, el trabajo en red, desde abajo, la participación, las decisiones asamblearias, la transparencia, tales son los valores que cualquier partido político debería tener entre sus máximas prioridades. Por ahora, sólo EQUO tiene claro esto, y por eso estoy en él.


1 comentario:

  1. Otro ejemplo de la falta de libertad de expresión en los partidos, en este caso, por parte de IU-Asturias:

    http://www.lne.es/asturias/2013/03/08/orviz-ordena-silencio-militantes-iu-imputacion-angel-gonzalez/1379334.html

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