martes, 19 de febrero de 2013

TOROS Y CÁNCER (2ª PARTE)

Hace casi un año, escribí una entrada en el blog denunciando la celebración de la ya tradicional corrida de toros en beneficio de la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer). Este recurso a la tradición es el único argumento que tienen los pro-taurinos para mantener esta bárbara costumbre, apelando a la "ancestral lucha del hombre y la bestia" y otras lindezas caducas y rancias.

Pero, ¿qué ha cambiado en este último año con respecto a las corridas de toros? Según las estadísticas, de enero a noviembre de 2012 se ha producido un descenso del 15%, respecto al mismo período de 2011, en la asistencia a estos espectáculos. A esto hay que sumar que esta cifra acumula un descenso del 46 % desde 2007 al 2011. Es decir, cada vez es menor el número de personas que acuden a esta sangrienta representación. La edad media de los espectadores aumenta, a pesar de que aún se ven padres con niños, que no tienen reparo en llevar a menores de edad, con las consecuencias en su psique que ello conlleva, como se ha demostrado en numerosos estudios. En ese sentido, es paradójico que, mientras en países como Perú, Portugal o Venezuela, así como comunidades españolas como Galicia, se prohibe la entrada de menores a las plazas de toros, en ciertas regiones como Andalucía se fomente esta práctica dispensando de pagar la entrada a los niños menores de 11 años.

Ante la desafección cada vez mayor de la sociedad española por la celebración de corridas de toros, y en un intento desesperado de mantener esta tradición, la semana pasada fue admitida a trámite en el Congreso de los Diputados una ILP que pretende que este espectáculo sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC), iniciativa que fue promovida por la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña, y aprobada con los votos a favor de los grupos PP, UPyD, UPN y FA. En el debate previo, el diputado por UPyD Toni Cantó protagonizó una de las intervenciones más lamentables que se recuerdan en la reciente historia parlamentaria, al negar el derecho a la vida y a la libertad a los toros, con una actitud antropocentrista de dominación sobre la naturaleza, quintaesencia del sistema capitalista que padecemos.

En relación a la investigación del cáncer, resulta indignante que el gobierno español haya recortado en un 20% los fondos destinados a estas investigaciones, pues España ocupa el puesto 17 en el ránking europeo de inversión en investigación oncológica, según datos del Foro Europeo de Gestión en Investigación del Cáncer. Pretender paliar estas carencias con actos "benéficos", al estilo de la caridad de la época franquista, asociados además con la tortura a los animales, nos retrotrae a otras épocas. Más le valdría a este gobierno incrementar las partidas destinadas a I+D+i, para permitir que los equipos de investigación científica en el tema del cáncer y en otros ámbitos continúen su tarea, y que no tengamos que sufrir la "fuga de cerebros" a otros países.

El próximo día 24 de febrero se celebrará en Murcia una corrida de toros benéfica para la AECC. La protesta por este evento ya está convocada, a pesar de que recientemente el presidente del club taurino de Murcia reclamara que estas concentraciones fueran prohibidas, demostrando una actitud bastante poco democrática. Esperemos que estos mal llamados "festejos" (¿qué se festeja? ¿la muerte?) sean pronto un recuerdo de tiempos pasados, cuando la barbarie aún campaba a sus anchas en la sociedad española. Estamos viendo que las nuevas generaciones están cada vez más concienciadas frente a estos espectáculos. Ojalá contagien a sus mayores.


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