martes, 14 de junio de 2011

¿PARA CUÁNDO UN REFERÉNDUM EN ESPAÑA?

Los pasados días 12 y 13 de junio se celebró en Italia, como saben, un referéndum para preguntar a la ciudadanía cuatro cuestiones sobre otros tantos temas: La primera de estas cuestiones era relativa a los Procedimientos de adjudicación y gestión de los servicios públicos locales de importancia económica. En la práctica, se trataba de poner a examen la posibilidad de privatizar o no los servicios públicos. La segunda pregunta proponía la derogación de las normas que establecen la determinación de las tarifas para el suministro de agua. La tercera cuestión proponía la derogación de las nuevas normas que permiten la producción en el territorio nacional de energía eléctrica nuclear, mientras que la cuarta proponía la derogación de las normas en materia de legítimo impedimento del Presidente del Consejo de Ministros y de los Ministros a comparecer en audiencia penal, de conformidad con la sentencia n. 23 del 2011 de la Corte Constitucional, es decir, se ponía en cuestión la comparecencia o no del primer ministro Berlusconi a las causas aún pendientes ante la justicia.


Con una participación de más del 50 % (condición mínima para que tuviera validez tal referéndum), los italianos e italianas han decidido rechazar el uso de la energía nuclear y acabar con la inmunidad del primer ministro italiano, entre otras cosas, con más del 95 % de los votos. Y todo a pesar del intento de Berlusconi de que la gente no acudiera a esta cita en las urnas, desanimando al personal y no yendo él mismo a votar. Pero los ciudadanos italianos no han desaprovechado la oportunidad de definirse, y han dado una lección de democracia.


Tras el ejemplo de Italia, se ha demostrado que, a menudo, los deseos y las tendencias de un pueblo van por caminos totalmente diferentes a lo que expresa la "clase" política profesional y los tertulianos habituales. Cuando se le da la oportunidad a la gente de expresarse en un referéndum, los resultados pueden ser radicalmente distintos de lo que los "dirigentes" esperaban.


En España, desde 1986 y la cuestión de OTAN sí o no, no se celebra ningún referéndum nacional. Tal vez, y aprovechando el impulso de la plataforma DRY y el referéndum italiano, va siendo hora de que en este país se plantee una serie de cuestiones a refrendo popular. Algunas ideas:


- Inmunidad parlamentaria e inclusión de imputados/as en las listas electorales.
- Ley electoral (aunque por la Constitución no puede cambiarse directamente por un referéndum, sí que puede instarse a los/as parlamentarios/as a que la cambien).
- República o Monarquía.
- Energía nuclear.
- Listas electorales abiertas.
- Ayuda a los bancos (como en Islandia).
- Acciones encaminadas a frenar de forma efectiva el cambio climático.
- Partidas presupuestarias.
- Etc.


La democracia española es lo suficientemente madura como para superar el estado de ser representativa y pasar a ser una democracia participativa (a pesar de que, para algunos, estamos en la mejor democracia posible y de que no admite adjetivos). No basta con depositar un voto cada cuatro años que suponga un cheque en blanco para los gobiernos. 


EXIJAMOS UNA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA. ¡REFERÉNDUMS YA!

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