jueves, 24 de febrero de 2011

SANGRE Y ARENA

No sé si habrán visto la serie de televisión que está causando furor actualmente en la parrilla de las programaciones televisivas. Me refiero a Spartacus, una versión cargada de testosterona del clásico de Kubrick. Esta serie tiene un subtítulo, Sangre y arena que, casualmente o no, coincide con la novela homónima que Vicente Blasco Ibáñez escribió en 1908, y que fue llevada al cine en varias ocasiones. Entre los dos títulos coincidentes pueden encontrarse algunos paralelismos: ambos transcurren en un espacio cerrado, el circo romano y la plaza de toros; en los dos casos se enfrentan dos seres cuyo destino, al menos en uno de ellos, es la muerte; en ambos casos hay un público ávido de emociones fuertes que disfruta de la sangre y de la certeza de ver la muerte en directo.
Uno de los dos “espectáculos”, el de la lucha entre gladiadores, afortunadamente, desapareció en el siglo V d. C., con el fin del Imperio Romano. Sin embargo, el otro “espectáculo”, el de las corridas de toros, que ya se practicaba en los circos romanos, ha permanecido en nuestro país así como en los países latinoamericanos y en el sur de Francia. Parecería que no ha evolucionado mucho la mentalidad de ciertas personas en 1.600 años. 
Hay numerosas razones por las cuales la celebración de estas actividades están abocadas a la desaparición, al no ser dignas de una sociedad avanzada:
  • Está demostrado que la asistencia a eventos violentos fomenta a su vez la violencia interpersonal (maltrato, abusos, etc.) (1).
  • Está demostrado que el toro sufre durante la lidia (2).
  • Apelar a la tradición o a la cultura para mantener el apoyo público a esta actividad es perverso. Muchas otras prácticas han desaparecido (por lo menos en Occidente) tras siglos de permanencia, a pesar de la insistencia de sus defensores, como es el caso de la esclavitud.
  • Es una hipocresía defender los derechos de los animales cuando se trata de perros, gatos u otros animales de compañía, pero hacer una excepción con el llamado toro bravo, aduciendo que "ha nacido para ser lidiado".
  • Los hay que defienden la tauromaquia por cuestiones ambientales (conservación de dehesas, principalmente). A ellos hay que decirles que en estos ecosistemas artificiales se desarrollan otras actividades que pueden mantener perfectamente sus condiciones ecológicas (pastoreo, extracción de corcho, explotación forestal, etc.).
En pleno siglo XXI, cuando cada vez es más clara la toma de conciencia de los derechos de los animales, cuando filósofos (Mosterín, Wagensberg, Pániker, etc.), escritores/as (Freire, etc.), científicos/as (Punset, Querol...), artistas, humoristas y miles de personas en España claman por la abolición de las corridas de toros, los diversos gobiernos, tanto autonómicos como el central, insisten en apoyar estos eventos por un afán puramente electoralista. En Murcia, concretamente, al igual que en otras comunidades (Madrid, Andalucía, Valencia, etc.) se pretende declarar Bien de Interés Cultural (BIC) a las corridas de toros, por el simple hecho de que se celebran desde hace cientos de años (3)
Estos eventos que quieren vendernos como “festivos”, incluso de ámbito nacional, aunque ciertamente mueven mucho dinero, también es cierto que reciben de las arcas públicas cantidades enormes de fondos. Se ha calculado que en España se destinan 564 millones de euros anuales en subvencionar unos espectáculos taurinos que sólo interesan al 27,9 % de los españoles. Este mismo estudio revela que en Andalucía se invirtieron el año pasado 2,5 millones de euros en promocionar las corridas de toros (4)


La prueba de que va en aumento el rechazo a las corridas de toros es la supresión de la retransmisión de estos eventos por parte de RTVE (5) o la negativa de promocionarlos por parte del periódico 20 minutos, uno de los más leídos (6), además de la proliferación de asociaciones antitaurinas y de defensa de los derechos de los animales a lo largo y ancho de nuestro país. Frente a la pretensión de declarar las corridas de toros Bien de Interés Cultural, Los Verdes de la Región de Murcia-Ecolo decimos NO A LAS SUBVENCIONES PÚBLICAS A LOS ESPECTÁCULOS TAURINOS.






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