lunes, 12 de enero de 2015

¿RECUPERACIÓN?


El triunfalismo con el que tanto el gobierno central como el regional intentan regalarnos los oídos en este comienzo de 2015 no es sino el intento de hacer que los vientos soplen a su favor en este año doblemente electoral. Aunque es cierto que las cifras de desempleo en España han descendido en unas 250.000 personas con respecto a hace un año, aún hay casi 4 millones y medio de demandantes registrados de empleo, de los cuales casi 3 millones no cobran ningún tipo de prestación.
Desde el comienzo de la crisis, más de 300.000 jóvenes han tenido que salir a buscarse la vida al extranjero, muchos de ellos con formación universitaria, y la precariedad es la tónica general en los contratos, favorecida por la reforma laboral perpetrada por el gobierno con la complicidad de la patronal. Actualmente, encontrar trabajo no es sinónimo de salir de la situación de pobreza, ya que más del 12 % de los salarios en España son iguales o inferiores al salario mínimo. Todo esto hace que casi la tercera parte de los españoles esté en riesgo de exclusión social, entre ellos 800.000 niños más que al comienzo de la crisis, según el último informe de UNICEF.
En la Región de Murcia, el descenso del paro es testimonial, ya que sólo ha sido de unas 8.000 personas, de un total de 150.000 demandantes de empleo a comienzos de 2014. Más de la mitad de los desempleados de la región están sin cobertura. Casi todos los empleos se han generado en el sector servicios, mientras que la industria y la agricultura, que son los que crean valor añadido, han sido sectores donde ha aumentado el paro, según el Ministerio de Empleo. La duración media de los contratos en la Región de Murcia es de 54 días, mientras que la cuarta parte de los contratos en 2014 han sido de menos de una semana. Así que cuando la ministra Báñez anuncia a bombo y platillo que las cifras «certifican que la recuperación en España se ha producido», no podemos más que comprobar cómo se nos intenta vender la moto.
¿Y cómo se nos dice que deberemos salir de la crisis? Reduciendo impuestos para incentivar el consumo, aumentando así el PIB, en una espiral que tiene dos consecuencias: por un lado se disminuyen los ingresos del estado y por otro volvemos a generar las condiciones que trajeron la situación actual, es decir, sobre-endeudamiento de las familias y aumento tanto de las desigualdades sociales como de los impactos sobre el medio ambiente. Eso sí, nada de tocar a las grandes fortunas y a las grandes empresas.
En vez de replantearse las cosas para iniciar un modelo productivo diferente, con el fomento de sectores sostenibles ambientalmente y de la responsabilidad social de las empresas, así como de un tipo de consumo responsable, se apuesta por las mismas recetas que nos han traído hasta aquí, repitiendo los errores del pasado. La tan cacareada recuperación económica puede ser un espejismo si no se da un giro copernicano al modelo productivo, pero mucho me temo que no es lo que buscan los gobiernos central y autonómico, porque no beneficiaría a la mayoría sino a unos pocos, como hasta ahora.
Artículo aparecido hoy en La Crónica de El Pajarito:

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