martes, 24 de julio de 2012

LA ESTRATEGIA DEL BULO

Desde hace meses estamos asistiendo a la puesta en práctica de una estrategia que al actual gobierno le está reportando réditos. Se trata de lanzar una serie de mensajes difamantes y a menudo falsos, pero que son dados como ciertos por una mayoría de personas desinformadas, para luego, y supuestamente para remediar esa situación, lanzar unas medidas cuyo resultado es el adelgazamiento del estado del bienestar y del peso de lo público.

Ya lo puso en práctica Esperanza Aguirre hace casi un año cuando desprestigió a los docentes madrileños aduciendo que "la mayoría de los madrileños trabaja más de 20 horas", al aumentar su jornada lectiva semanal a ese número de horas, ignorando (deliberadamente o no) que el trabajo en la enseñanza es mucho más que impartir clase directa en las aulas. Tras crear un ambiente desfavorable a los profesores y profesoras, haciendo que la mayoría de la población despotricara sobre esa "casta privilegiada", Aguirre no tuvo ningún problema en aplicar ese aumento de la carga lectiva, con la excepción de la protesta del propio estamento docente en la ya famosa "marea verde", que se ha extendido por todo el territorio nacional como el símbolo de la defensa de la educación pública. Unos meses después, el ministerio encabezado por Wert aplica esa misma medida a nivel nacional, aderezada con el aumento de la ratio en las aulas, que ha provocado el despido de miles de funcionari@s interin@s.

Otro tanto ha ocurrido con los sindicatos. El desprestigio de este pilar de cualquier estado de derecho entre personas adscritas tanto a la derecha como a la izquierda del espectro político, y fomentado por el partido en el gobierno, ha creado el clima adecuado para reducir el número de personas que atienden a los trabajadores (los comúnmente llamados "liberados"), además de aprovechar para introducir una reforma laboral que reduce a la mínima expresión la negociación colectiva, haciendo que esa negociación se realice prácticamente de forma directa entre empleador/a y emplead@. De esta manera, se ve debilitada en gran medida la capacidad de l@s trabajadores/as para conseguir condiciones dignas en su empleo e incluso para conservar el puesto de trabajo. Además, esta campaña de desprestigio ha provocado la desunión entre los distintos sindicatos, en un momento en que se hace necesario más que nunca un movimiento unitario frente a los recortes del gobierno.

Los funcionarios (palabra con la que despectivamente se hace referencia a los empleados públicos) son otro colectivo que, en una época de crisis como la que atravesamos, son denostados públicamente, apelando a sus supuestos "privilegios" en comparación con el resto de trabajadores (con o sin empleo). La CEOE es la encargada de atacar directamente a la linea de flotación de los servicios públicos, acusándoles de "tener trabajo para toda la vida", y aspirando a que el sector privado sustituya, con su precariedad, sus bajos salarios y sus continuas amenazas de despido, al sector público. Estas afirmaciones abonan el terreno para que los continuos recortes en los servicios públicos (sobre todo en educación y sanidad) no encuentren resistencia entre la población en general.

El último episodio en la "estrategia del bulo" es la información que circula por las redes sociales en cuanto al número de políticos que hay en nuestro país, según un estudio elaborado por los propios asesores de la Presidencia del Gobierno. Este estudio afirma que "tenemos 300.000 políticos más que Alemania, trabajando a costa del presupuesto, y el doble que Italia y Francia", sin distinguir si ese número se refiere a representantes en las instituciones salidos de las urnas o a personas nombradas a dedo en los diferentes organismos públicos de dudosa función creados a lo largo de los años. Aprovechando la mala imagen que tiene la clase política entre la población de uno y otro signo, este estudio, que no se sabe cómo ha sido realizado, es repetido hasta por l@s manifestantes del 15M. Casualmente (o no tanto), la difusión masiva de este mensaje coincide con el anuncio de la intención del gobierno de reducir en un 30% el número de concejales, dificultando aún más el acceso a las instituciones por parte de los partidos minoritarios,  afianzando así el modelo bipartidista que tanto daño está haciendo a la democracia. Ya se alzan voces en contra de esta medida, como la de EQUO, que recuerda que "el 84,12% del total de concejales lo son de municipios menores de 5.000 habitantes y éstos no perciben salario o cobran cantidades muy reducidas. Mientras que el 11,17% de cargos electos pertenecen a municipios de entre 5.000 y 20.000 en los que solo cobra uno o dos concejales". 

El uso reiterado de esta estrategia, por parte del gobierno y sus adláteres, de difundir mensajes malintencionados pero fácilmente aceptados por la mayoría, con la ayuda de los medios de "incomunicación",  es un modo de aplicar medidas sin que encuentren una oposición muy decidida, al margen de los colectivos afectados, a los que cuesta mucho romper con la imagen ya implantada en el imaginario colectivo. Es hora de que estemos vigilantes y de que sepamos distinguir el polvo de la paja, y no dejarnos llevar por cualquier noticia que se nos comunica, agudizando nuestro sentido crítico y nuestra capacidad de contrastar esos mensajes. La democracia lo agradecerá.



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