lunes, 25 de abril de 2011

VIVIR MÁS LENTAMENTE PARA VIVIR MEJOR

Es urgente redefinir lo que es esencial en la vida, la cuestión ecológica, la solidaridad, alejarse del modelo “trabajar más para consumir más”: trabajamos para gastar en entretenimiento, para almacenar, para comprar. Los partidos mayoritarios continúan con la cantinela de que “volveremos a la situación anterior a la crisis”, cuando lo que habría que hacer es romper con la inercia que nos ha llevado a esta situación. Es curioso que los medios de comunicación y los gobiernos toman la temperatura de la actividad económica del país contabilizando el número de coches vendidos o el de pisos construidos, siendo lo primero realmente un indicador de contaminación atmosférica emitida y lo segundo el nivel de endeudamiento privado de los ciudadanos, además del grado de depredación del territorio.
Según el pensador Iván Illich (1926-2002), se trabaja de media 1 hora semanal para pagar el transporte al puesto de trabajo. Dedicar menos horas al trabajo (España es el país europeo donde más horas se dedica al trabajo remunerado -ver enlace-) permite recuperar tiempo para uno mismo y para su entorno.
Debería ser el momento de replantearse el consumo desaforado, de recuperar la relación con la familia, con los amigos. Tiempo de desarrollo personal, de formarse en otras facetas descuidadas, de participar activamente en la toma de decisiones de la comunidad. Es incluso rentable económicamente, pues tareas que normalmente se delegan a terceras personas con el coste correspondiente pueden ser realizadas por uno mismo (atención a los hijos, pequeñas reparaciones, cuidado de personas mayores...).
Es urgente sentirse piloto de su propia vida.
“Elegir es renunciar; renunciar es elegir” (Nietzsche)
“Vivir con sencillez para que otros puedan sencillamente vivir” (Gandhi)

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