jueves, 8 de mayo de 2025

ALGUNAS REFLEXIONES TRAS EL APAGÓN



Tras el “gran apagón” del pasado 28 de abril, el gobierno continúa investigando cuáles son las causas últimas de este incidente que causó miles de millones de euros en pérdidas económicas y encendió las alarmas en toda Europa. En el momento de redactar este artículo, parece que hay un sospechoso número uno, el deficiente sistema de estabilización de la red eléctrica, que permita mantener un equilibrio permanente entre la capacidad de generación y el consumo. El complicado mix de generación de energía en España, donde coexisten todo tipo de fuentes, tanto renovables (eólica, solar e hidroeléctrica) como no renovables (nuclear y centrales de carbón, gas y petróleo), dificultan la gestión de la energía en nuestro país.

En este episodio, los hay que arriman el ascua a su sardina, como la derecha y la ultraderecha, que aprovechan para cargar contra las energías renovables y apoyar a la energía nuclear, actuando como un lobby, llevados por su obsesión de ir en contra de la Agenda 2030 de la UE, aunque se haya demostrado que esta fuente es poco flexible, ya que su apagado y encendido requiere de mucho tiempo. La nuclear es una energía demasiado rígida que no responde de forma eficaz a los picos de demanda, en invierno y en verano, además de representar solamente el 20% de la generación de energía y arrastrar grandes problemas como la gestión de los residuos radiactivos, el riesgo de accidentes y su escasa rentabilidad económica.

Si el problema es que las renovables no pueden almacenar energía, ya se está trabajando para instalar baterías de almacenamiento en plantas eólicas y fotovoltaicas para guardar la energía e inyectarla durante dos, tres o cuatro horas, y poder usarla en las horas más tensionadas, en las que la generación no puede suplir la demanda, tal y como afirman desde la Fundación Renovables. El problema es el coste elevadísimo que conllevaría la instalación de esas baterías, que repercutiría sin duda en la factura de la luz, ya de por sí elevada.

Tanto la Fundación Renovables como la Red Eléctrica Francesa (RTE), aseguran que las renovables no fueron la causa de la caída de la red eléctrica, sino que la desconexión de las plantas renovables fue una consecuencia del cero de red. Aunque las renovables representaban el 70% de la generación eléctrica en España antes del incidente, RTE subraya que esa proporción no es inédita y que ya se había registrado en 2024 y 2025.

Aunque en nuestro país es la primera vez que ocurre un apagón a un nivel tan masivo, en los países de nuestro entorno ya ocurrió algo parecido en varias ocasiones: en Francia en 1978 y 1987, en Italia en 2003, en Alemania en 2006. Estos acontecimientos están haciendo que ciertos expertos e ingenieros se replanteen el modelo energético europeo. Según estos expertos, la existencia de una red inmensa y sobredimensionada de interconexiones eléctricas, diseñadas a partir de la década de los años 50, que abarca todo un país y que se extiende por todo el continente puede ser una debilidad para hacer frente a situaciones de emergencia como la vivida en España. Por el contrario, se apuesta por una red más descentralizada y territorializada, con la implantación de las llamadas “smart grids” (redes inteligentes), que integran tecnologías informáticas en tiempo real, de tal modo que se recogería información sobre el estado de la red e informaría a los consumidores sobre su demanda de electricidad, ajustando de un modo más exacto la producción y el consumo de energía.

Hay investigadores que van más allá, como el francés Jonathan Coignard, de la Universidad de Grenoble y especialista en autoconsumo energético, que estima que este apagón nos debe llevar a repensar nuestra relación con la electricidad. Coignard plantea la existencia de comunidades locales energéticas en las que no haya más de 2 kilómetros de distancia entre las fuentes de energía, principalmente de fuentes renovables, y los consumidores, cuyo vecindario aceptaría la sobriedad en el consumo eléctrico, siendo los propios consumidores los que tomarían decisiones de forma democrática y colectiva en relación al uso de la energía, saliendo así de las soluciones técnicas ofrecidas por ingenieros especialistas en la arquitectura de las grandes redes, con el fin de reflexionar colectivamente sobre nuestro modo de hacer sociedad, recuperando así el poder de acción sobre la red eléctrica. 

En un mundo ávido de electricidad, es preciso hacer una reforma en profundidad del sistema eléctrico, en el que la búsqueda de beneficios rápidos no sea el primer objetivo de las empresas que producen y suministran energía. Se debe repensar, además, el diseño de este sistema centralizado, mastodóntico, que cronifica las desigualdades y susceptible de ser vulnerable, como se experimentó el pasado lunes.

Artículo publicado en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/reflexiones-apagon_132_12279998.html?fbclid=IwY2xjawKJpsNleHRuA2FlbQIxMQABHsm9xXmqzmWWoq-52gi4h371pmdSHPDHmFmA3r8d79ZZA7gjQD_ldgs5AoyL_aem_lbE2dLg230Uu812qIRfM_Q

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