miércoles, 17 de diciembre de 2014

¿SE PUEDE O NO SE PUEDE?

Vaya por delante que las opiniones que voy a verter en estas líneas sólo me representan a mí, y en absoluto a la formación política con la que colaboro (a mi lo de "militar" nunca me ha gustado) desde sus inicios, allá por 2011.

Me he resistido hasta ahora a expresar públicamente mis impresiones sobre los acontecimientos que han tenido lugar en la Región de Murcia en los últimos meses en relación a la posible confluencia de movimientos sociales y políticos para revertir la situación en esta región, que está sufriendo a un gobierno sin ideas, interino, que solamente ofrece más de lo mismo, y que está ciego a lo que está pasando en la sociedad española y murciana. Y me he abstenido porque no tenía elementos de juicio suficientes como para tener una opinión formada. Pero los movimientos estratégicos de los distintos partidos en las últimas semanas me ha hecho reflexionar en voz alta, y no de modo muy positivo, realmente.

La confluencia en la Región de Murcia no es algo nuevo. Desde las elecciones generales de 2011 ha habido intentos de unir fuerzas, con la conformación de Asamblea por el Senado, una unión de personas pertenecientes a distintos partidos y asociaciones (EQUO, IU, Movimiento por Santomera, Foro Ciudadano, etc.) para intentar entrar en la cámara alta. Los discretos resultados en los comicios enfriaron el proyecto. En el plano municipal, Alternativa por Santomera, la unión de facto de personas pertenecientes a tres partidos, IU, EQUO y MOS, están dando sus frutos desde 2011, con dos concejales que ponen en práctica los nuevos modos democráticos y son el ejemplo claro de que esa convergencia es posible. En 2013 hubo un segundo intento, promovido por el Foro Ciudadano de la Región de Murcia, con el proyecto Convocatoria por el Cambio. A pesar del loable esfuerzo de aunar a personas independientemente de su afiliación política, intentando sumar al mayor número posible de movimientos sociales, personas independientes y partidos, la dificultad encontrada y el error, en mi opinión, de querer empezar la casa por el tejado, presentando públicamente el proyecto sin una base social sólida, echó por tierra este nuevo intento.

Y a todo esto aparecieron dos actores que han trastocado el tablero de juego. Por un lado Podemos que, animados por unos excelentes resultados en las elecciones europeas (si tenemos en cuenta la poca trayectoria con la que contaban) que, a mi juicio, les sorprendieron hasta a ellos mismos, han entrado por la puerta grande en las encuestas. El fenómeno Podemos (creo que se puede definir así, debido a la rapidez con que han ido protagonizando las portadas de periódicos y los noticiarios y tertulias televisivas, que no han sido ajenas, por cierto, a su expansión, y a la avalancha de adhesiones virtuales) ha vuelto del revés a casi todas las formaciones políticas, sobre todo a las tradicionales, herederas de la Transición. Por otro lado, la iniciativa municipalista Guanyem Barcelona, que ha abierto el camino para crear en las distintas ciudades de todo el país proyectos similares, incluidas Cartagena, Archena y, posiblemente, Murcia que, con el nombre de Ganemos (y otros), pretenden conseguir la tan ansiada confluencia a nivel municipal y, en algunos casos, como la Región de Murcia, a nivel autonómico.

Sin embargo, creo que tanto desde Podemos como en el seno de algún partido que apuesta por Ganemos, al menos en la Región de Murcia, se están llevando a cabo movimientos, auspiciados todos ellos desde sus respectivas cúpulas nacionales, cuyas consecuencias serán previsiblemente la ruptura de ese espíritu de concordia y colaboración tan necesario para llevar a buen puerto la unión de las personas que apostamos por otra manera de hacer las cosas. Me explico.

Podemos, al margen de su trayectoria dirigida desde el comienzo por un pequeño grupo de profesores que tienen atada y bien atada su estrategia para alcanzar el poder, se va alejando cada vez más de la tan cacareada apertura libre a la ciudadanía. Primero, por no dejar que las distintas opciones que se presentan (ya sean propuestas éticas, modos de funcionamiento interno o equipos que quieren constituir sus consejos ciudadanos) actúen con igualdad de oportunidades, bien cambiando las reglas por las que se rigen las votaciones en el último momento, para asegurar la elección de las propuestas del equipo promotor, o bien apoyando abiertamente a unas candidaturas en detrimento de otras, restando, muy presumiblemente, a las que no se llamen "Claro que Podemos" casi todas las opciones de salir elegidas. Y segundo, al arrogarse la herencia del 15M (tanto por la apropiación de lemas como por declaraciones abiertas en este sentido de sus dirigentes) y la exclusiva de la conformación de la "unidad popular", siempre y cuando ese "pueblo" sea elegido por ellos, excluyendo de pasada a muchas miles (si no millones) de personas que no siguen a pie juntillas las consignas emanadas de su asamblea. 

El otro factor que, a mi juicio, puede desestabilizar y dar al traste con la construcción de las candidaturas unitarias en la región, es seguir apostando desde IU por líderes que representan a la vieja política y que traicionan una de las premisas de la renovación política, como es la de apostar por personas que no han pasado 20 años viviendo de cargos públicos. La renovación tiene que escenificarse con nuevas personas, como han sabido ver sus correligionarios en Madrid, dejando paso a las nuevas generaciones que representan Alberto Garzón o Tania Sánchez.

A nivel autonómico y municipal, la previsible aparición de dos opciones políticas muy semejantes (Ganemos y Podemos) no hará sino confundir a las personas de esta región, ajenas a los detalles y a las rencillas por saber quién representa mejor a la "gente", esa entidad abstracta que funciona como cajón de sastre, que lo mismo representa a l@s que votan a los de siempre que a l@s que estaban ocupando las plazas en el 15M. Lo único cierto es que las particulares condiciones en el reparto de los escaños en la Asamblea Regional, con la existencia de cinco circunscripciones, dificultará previsiblemente la consecución de una mayoría suficiente como para cambiar el signo del gobierno regional que lleva 20 años castigando a la región con sus decisiones erróneas y su apuesta por un modelo caduco, si no se consigue la unión de fuerzas. Es una demanda social. Sólo hay que leer los comentarios de miles de personas en las RR.SS. o en los diarios digitales, que asisten impotentes a la pelea de gallos sin poder más que lamentarse por la falta de entendimiento entre los partidos. 

Por supuesto, esta confluencia se debe hacer del modo más transparente, democrático, abierto a la ciudadanía posible, y creo que aquí todos estamos de acuerdo. Si, al final, no se consigue la ansiada (por muchos) confluencia, las personas que se niegan en redondo siquiera a plantearla tendrán mucha responsabilidad si los resultados obtenidos no responden a las expectativas creadas. 




3 comentarios:

  1. Suscribo casi en su totalidad tu analisis; los matices diferenciadores no son relevantes.

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  2. Como dice D. José Frutos (Un abrazo Pepe), suscribo en casi la totalidad lo que dices y sólo un breve apunte:
    Ganemos en Murcia, por mucho que esta vez tome la etiqueta promovida por el “Guanyem Barcelona” de Ada Colau, no deja de ser una tercera entrega de Asamblea para el Senado. Recuerdo a Patricio, al que le tengo cierta admiración, decir en una reunión del Foro Ciudadano posterior a las elecciones que habría que analizar a fondo las causas del fracaso de la mencionada APS, no se a que conclusión se llegó, pero el segundo intento “Convocatoria por el Cambio” ya empezó generando muchas tensiones, Murcia es muy pequeña, “nos conocemos todos”. A veces no se trata de ideas, sino de roces entre personas y partidos, así como saber vender la idea. Mi pronóstico es claro, Podemos no llevará en las papeletas el logo de Pablo Iglesias, pero sí un Circulo muy reconocible, aún está por decidir el nuestro, que competirá con la hoz y el matillo del “PC’de turno”, díscolo con IU que se presente.
    Javier Herreros.

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  3. La diferencia con CpC y APS es que en Ganemos participa mucha más gente, procedentes de movimientos sociales, personas independientes, y también de partidos políticos, olvidando las diferencias en aras de un objetivo común. Estuve en la asamblea constitutiva de Ganemos RM, participé en la redacción de los puntos programáticos iniciales, y vi a personas de distintas procedencias trabajando codo con codo. Y, como dices, Javier, en las tensiones entre Podemos y Ganemos entra en juego lo personal, ya que, como sigues diciendo, "aquí nos conocemos todos". Tenemos que ser capaces de dejar a un lado las filias y las fobias, siempre que lo que se proponga sea aceptado por la mayoría y no hipoteque el proyecto (como he indicado en el artículo), por decisiones erróneas por las que se pueda pagar caro en el futuro.

    La multiplicidad de ofertas electorales semejantes puede ser, de nuevo, un paso que haga que se repita el binomio PP-PSOE por otros cuatro años. Pero por lo que veo y por lo que he hablado con los "dirigentes" regionales de Podemos, siguen empeñados en continuar viaje en solitario, y nada les hará cambiar de opinión, porque ya lo tenían decidido desde esta verano.

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