martes, 7 de mayo de 2013

FRENEMOS LA EXTINCIÓN

Las especies animales están desapareciendo a un ritmo nunca antes alcanzado desde que la especie humana campa a sus anchas por el planeta. Ayer mismo supimos que el rinoceronte negro ha sido declarado oficialmente extinto, debido sobre todo a la caza furtiva, para arrancarles el cuerno, por la supersticiosa creencia de que posee propiedades afrodisíacas y curativas. Este animal es uno más en la lista de especies desaparecidas a lo largo de este siglo, como la tortuga de las Galápagos (Chelonoidis abingdoni), el zampullín de Madagascar, la foca monje del Caribe, o el delfín baiji, entre otros. En España, la cabra de los Pirineos o bucardo desapareció en el año 2000; el último ejemplar murió al caer de un árbol. A ese número habrá que añadir las especies extintas de las cuales ni siquiera hemos sabido de su existencia.

A esta lista de animales que nunca más veremos con vida se suman las especies que están en serio peligro de extinción por causas antrópicas, principalmente por el cambio climático. Recientemente el WWF publicó el listado de las 10 principales especies en peligro. Lo encabeza el oso polar, cuya fragilidad va asociada a la fusión del hielo ártico, seguido por el tigre de Bengala, cuyo hábitat son los manglares, amenazados por el aumento del nivel del mar. Otras especies, como los corales, el canguro, las ballenas, los pingüinos, las tortugas de mar, el orangután, el elefante o el albatros, tan familiares para nosotr@s, corren el riesgo de ser meros recuerdos plasmados en películas, fotografías o reliquias encerradas en cautividad.

Pero no hace falta irse a latitudes lejanas para lamentar la pérdida de especies. En España, la lista de especies en peligro incluye mamíferos como la ballena vasca (Eubalaena glacialis), la foca monje del Mediterráneo, el visón europeo, el lince, el desmán ibérico, el murciélago patudo y el oso pardo; anfibios como el sapo partero; y aves como el milano real, el quebrantahuesos, el alcaudón, el escribano palustre, el pinzón azul, el zarapito real, la avutarda hubara, el urogallo y el alimoche canario. En nuestros pueblos y ciudades, unos compañeros tan habituales como los gorriones son cada vez más raros. Se sospecha que su extinción se debe a las radiaciones electromagnéticas de las antenas de telefonía móvil, cada vez más frecuentes en los tejados de los edificios. 


La ocupación y destrucción de los hábitats, la sobrepesca, la deforestación, la fragmentación y  aislamiento de poblaciones en "islas" desconectadas entre sí, la contaminación en sus diferentes vertientes (atmosférica, acuática, la ya citada contaminación electromagnética), así como el cambio climático son las principales causas de la extinción de las especies, todas ellas, como se ve, de origen antrópico. A ello hay que añadir la introducción de especies alóctonas (es decir, procedentes de otros lugares), introducidas de forma artificial (accidentalmente o no) en los ecosistemas o empujadas por los cambios ambientales. En relación a esto, hay que resaltar que el gobierno español, a través del Ministerio de Medio Ambiente, está ultimando un Real Decreto sobre especies exóticas invasoras que permitirá de nuevo la comercialización de casi 200 especies incluidas en el actual listado de especies peligrosas para la biodiversidad española. Además, dejará abierta una puerta para que cada comunidad autónoma decida si introduce una especie exótica en el medio natural sin tener en cuenta criterios científicos de ningún tipo. Esta nueva norma, pensada con criterios puramente economicistas, constituirá una competencia directa con las especies autóctonas, acelerando su extinción.


La existencia de programas de recuperación y reintroducción de especies concretas, como los que lleva a cabo la Junta de Andalucía, con planes para recuperar las poblaciones de lobo, camaleón, águila perdicera, lince, etc, o en la Región de Murcia, con los planes de recuperación de aves rapaces, no son sino un parche, porque siempre habrá otras especies en peligro, debido a las causas enumeradas anteriormente. Si al tiempo que se implementan esos planes, continúa la urbanización salvaje, la ocupación de hábitats y la multiplicación de infraestructuras, la extinción de las especies animales continuará a un ritmo sostenido sin que podamos evitarlo.

La no proliferación de infraestructuras que aislan hábitats; la creación de corredores ecológicos que conecten espacios naturales entre sí, permitiendo la movilidad de las poblaciones animales; la persecución de la pesca ilegal y el fomento de la pesca artesanal frente a la industrial; un mayor control de la actividad cinegética y del furtivismo; la programación de campañas de concienciación para que no se compren especies exóticas, a menudo procedentes del tráfico ilegal; el aumento de fondos de ayuda a países en vías de desarrollo, lugares donde se produce la mayor tasa de deforestación y, por tanto, de destrucción de hábitats.... Estos son algunas de las medidas que se deberían llevar a cabo para revertir la situación, pues la biodiversidad es uno de los activos más importantes de nuestro planeta y la garantía de la supervivencia de la especie humana en el futuro. 

Las especies son como ladrillos en la construcción de un edificio. Podemos perder una o dos docenas de ladrillos sin que la casa se tambalee. Pero si desaparece el 20% de las especies, la estructura entera se desestabiliza y se derrumba. Así funciona un ecosistema. (Donald Falk, ecólogo de la Universidad de Arizona)

1 comentario:

  1. 17 animales que se extinguieron en los últimos 50 años:

    http://www.ecoosfera.com/2012/07/17-animales-que-se-extinguieron-en-los-ultimos-50-anos/

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