sábado, 29 de septiembre de 2012

MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA (EN EDUCACIÓN)

Como dije en la entrada anterior, pasaré a comentar lo que entre todo el profesorado que impartimos enseñanzas artísticas y, sobre todo, la materia de Música, es un clamor: la drástica disminución de las enseñanzas musicales en el sistema público, que pasan a ser las mayores damnificadas por esta reforma. Con este anteproyecto de la LOMCE, en la etapa secundaria este tipo de enseñanzas retroceden prácticamente al status que tenía en el antiguo B.U.P., cuando se impartía en un solo curso. Ahora lo harán en dos (2º y 3º de E.S.O.), perdiendo su presencia en 4º y en Bachillerato, niveles en los que, actualmente, la Música es materia optativa. Para colmo, la recién introducida modalidad del Bachillerato de Artes Escénicas, Música y Danza desaparece del currículo, privando a miles de jóvenes de una vía de acceso y de preparación a otros estudios posteriores como puedan ser los Grados de Música, Historia y Ciencias de la Música, Artes Escénicas, Grado en Artes Visuales y Danza, y Grado en Composición de Músicas Contemporáneas, además del Grado en Educación Primaria, especialidad de Música.


Sin embargo, numerosos estudios demuestran que las enseñanzas musicales durante la infancia y la adolescencia facilitan el aprendizaje de otras materias, principalmente las Matemáticas y la Lengua, que casualmente son las materias que el ministerio quiere fomentar. Todas estas disciplinas, la Música, la Lengua y las Matemáticas, comparten como característica común el uso de un lenguaje abstracto para representar magnitudes y conceptos (duración y altura del sonido, ideas y pensamientos, cantidades y figuras geométricas) a través de símbolos específicos; en todos los casos se activan las mismas partes del cerebro. Además, son muchos los estudios que ponen de manifiesto que el estudio práctico de la música en edades tempranas permiten compensar la pérdida cognitiva propia de la vejez, al crearse conexiones alternativas en el cerebro.

Pero el equipo ministerial obvia estas ventajas evidentes, dejando la educación musical en secundaria en manos de la enseñanza privada, básicamente, solamente accesible a un sector de población que puede permitirse el pagar mensualmente una cantidad nada despreciable para que sus hijos disfruten de este tipo de enseñanza. La música, para este gobierno, es un privilegio que está reservado a una élite, como ha ocurrido en épocas pasadas, al restringir el acceso a su aprendizaje y al aumentar el IVA a los productos musicales y a las entradas a conciertos. Todo lo contrario que otros países como Suiza, que han aprobado hoy en referéndum, con un aplastante 72,7 por ciento, una modificación constitucional que pretende reforzar la formación musical en la educación básica.

Para abundar aún más en lo absurdo del asunto, el propio ministro Wert, en junio pasado, anunció que se reduciría el número de materias optativas porque "distraen la atención de las materias instrumentales". A pesar de ello, se introducen nuevas materias como Orientación Profesional e Iniciativa Emprendedora en la E.S.O., una manera más, a mi juicio, de introducir la ideología neoliberal en las mentes de los jóvenes, con contenidos como Mercado laboral o Economía financiera. 

Pero lo más sangrante es que, en esta época de recortes en educación y de eliminación de materias que todos los expertos consideran fundamentales para la formación integral del alumnado, se siga manteniendo la Religión en la escuela pública, desde la etapa infantil hasta el Bachillerato. La escuela debe educar sin dogmas ni creencias, que no están basadas en criterios científicos, tal y como proclama en su manifiesto el Observatorio de la Laicidad; el mantenimiento de la Religión en el currículo en la escuela pública es algo que nuestros vecinos del norte ven con asombro e incredulidad. Su pervivencia en todas las etapas educativas, ocupando un tiempo considerable en la ya  pesada carga horaria de nuestros escolares, impide que l@s alumn@s reciban la educación adecuada en otros ámbitos como el musical, tan necesario, como hemos visto, para aumentar las capacidades de los jóvenes en áreas instrumentales, además de permitir que la población vaya adquiriendo una cultura y unos hábitos musicales aún bastante mejorables en nuestro país..


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