jueves, 9 de octubre de 2025

EL PARTIDO POPULAR SE APUNTA AL NEGACIONISMO CLIMÁTICO



La naturaleza nos sigue avisando. Cuando está a punto de cumplirse un año de la tragedia de la DANA de Valencia, se repiten los avisos naranjas y rojos en Cataluña, la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana, con lluvias torrenciales, inundaciones que han provocado cortes de luz, personas desplazadas de sus hogares aunque, afortunadamente, sin víctimas mortales a la hora de escribir estas líneas.

Después de un verano catastrófico de grandes incendios que han calcinado más de 400.000 hectáreas en nuestro país, llega el turno de la borrasca, esta vez proveniente del Atlántico, donde un huracán, bautizado como Gabrielle, generado por las altas temperaturas del agua, se ha movido hacia la península ibérica transformado ya en un ciclón post-tropical, causando grandes daños, de nuevo, en la zona mediterránea.

¿Y a qué se dedica el Partido Popular de la Región de Murcia mientras tanto? Pues a recibir a los presidentes autonómicos para rivalizar con la ultraderecha en su política migratoria, proponiendo medidas más propias de Vox, como exigir una integración “cultural" de las personas migrantes, es decir, que olviden su origen, su religión y sus costumbres para ser “españoles de bien”, amenazándoles con su expulsión, copiando la estrategia trumpista.

Y en plena deriva ultraderechista, el Partido Popular sigue sin admitir la existencia del cambio climático como origen de los cada vez más frecuentes fenómenos catastróficos que estamos sufriendo, calificando de “cortina de humo” y de “huida hacia adelante” la pretensión del gobierno de alcanzar un pacto contra el cambio climático. En su intento de contrarrestar el ascenso de la ultraderecha, el PP de Feijóo y López Miras no tiene empacho de mirar hacia otro lado cuando se trata de afrontar de un modo decidido, con medidas efectivas, las causas de la emergencia climática.

¿Cuál es la única referencia al cambio climático por parte del presidente López Miras? De nuevo, sólo se refiere a él cuando defiende a los regantes y exige que les sea trasvasada toda el agua que necesiten desde la cuenca del Tajo, sin reparar en si su caudal alcanza o no el mínimo exigible para sostener el equilibrio ecológico de la cuenca cedente. La consultora PricewaterhouseCoopers (PwC) ha elaborado recientemente un estudio según el cual la agricultura intensiva aporta casi 4.000 millones de euros al PIB y más de 100.000 puestos de trabajo en la Región de Murcia. Curiosamente, el director de esta consultora en Murcia es Javier Celdrán, antiguo consejero de López Miras entre 2017 y 2021. Y, curiosamente también, esta empresa es la adjudicataria sin concurso público de un contrato para el “asesoramiento, asistencia técnica y consultoría para la elaboración de un Plan de Recuperación Económico y Social de la Comunitat Valenciana”, adjudicación llevada a cabo por el vicepresidente de la Generalitat, el recientemente dimitido Gan Pampols, por un importe de 2,1 millones de euros. Con estos mimbres, cabría preguntarse sobre la imparcialidad y la exactitud de los datos aportados por la empresa adjudicataria.

El Partido Popular, tras culpar a la AEMET y a la Confederación Hidrográfica del Júcar de la tragedia de la DANA del pasado año, continua dudando de la eficacia de la Agencia Estatal de Meteorología. El pasado jueves 25 el consejero de Presidencia, Marcos Ortuño, se quejó de los inconvenientes que suponen que “se suspendan clases, fiestas o eventos, y luego comprobamos que podían haberse celebrado con normalidad”, dudando una vez más del rigor de las previsiones de la AEMET, poniendo así por delante los intereses partidistas a la seguridad de la ciudadanía ante fenómenos climáticos extremos.

Si la negación de la emergencia climática es una de las señas de identidad de la ultraderecha, el hecho de que el Partido Popular se sume a esta postura para intentar frenar el ascenso de Vox y evitar que Abascal y los suyos les saquen ventaja en las encuestas es una mala noticia. Si el PP se negó a asistir a las sesiones de la Comisión de Transición Ecológica del Congreso sobre cambio climático, tildando de “ocurrencia” y “farsa” esta comisión, el último capítulo de esta negación por parte del PP es el rechazo el pasado lunes en el Senado a un protocolo de colaboración entre la AEMET y las organizaciones agrarias para coordinar la información meteorológica, moción presentada por los socialistas. 

El negacionismo climático mata, y la postura de la derecha y la extrema derecha españolas nos confirma que no entra en sus planes colaborar en la búsqueda de soluciones a las causas de la emergencia climática, condenando a la sociedad española a seguir sufriendo las consecuencias del principal problema del siglo XXI.

Articulo publicado en eldiario.es: 

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/partido-popular-apunta-negacionismo-climatico_132_12643981.html

martes, 26 de agosto de 2025

MONTES...¿”SUCIOS”?


España es pasto de las llamas. En lo que llevamos de año, más de 400.000 hectáreas de bosques están siendo quemadas, cebándose estos incendios en Galicia, Castilla-León y Extremadura. Estos incendios no son exclusivos de nuestro país. En Europa ya son más un millón las hectáreas quemadas en 2025, una superficie equivalente a la tercera parte de Bélgica. Entre principios de enero y el 19 de agosto, los incendios forestales en 22 de los 27 países de la UE emitieron 35 megatoneladas de CO2, un nivel sin precedentes a esta altura del año. En el ámbito regional, este año hemos tenido suerte, ya que sólo han ardido una treintena de hectáreas en la Región de Murcia, en un total de 5 incendios en los municipios de Cieza, Caravaca de la Cruz, Moratalla, Ricote y Abarán, por lo que ha sido posible enviar efectivos a Extremadura para contribuir a sofocar las llamas.

Lo cierto es que 9 de cada 10 incendios tienen origen en la actividad humana. Las causas de estos incendios, según la Fiscalía General del Estado, en su Memoria Anual, son variadas, siendo la negligencia debida a las quemas agrícolas no autorizadas y para la regeneración de pastos el origen más común, con un 68% de los casos, y no una supuesta confabulación promovida por el gobierno, siguiendo la malvada Agenda 2030, para instalar campos solares, como intenta hacer creer la ultraderecha en las redes sociales.

El cambio climático y la deficiente gestión del territorio por parte de las diferentes administraciones son factores clave en el aumento exponencial de los grandes incendios en nuestro país. El incremento de las temperaturas, año tras año, junto con la escasez de lluvias, debido a la emergencia climática, es terreno abonado para que los grandes incendios, aquellos que superan las 500 hectáreas y son muy difíciles de extinguir, sean cada vez más frecuentes, como se está verificando este verano. 

Está comúnmente aceptado que, para prevenir los incendios, es necesario “limpiar” los montes, y así se repite desde los medios de comunicación. La frase “los incendios se apagan en invierno” es un mantra que oímos de forma incesante. La primera idea que se nos viene a la cabeza al hablar de la “limpieza” de los montes es que el estado natural de los bosques, con un sotobosque y un matorral desarrollado, es de “suciedad”, que acarrea la pérdida de pastos y promueve el acercamiento de lobos y jabalíes, dos especies denostadas en los últimos tiempos, sobre todo en el norte del país, además de que parecería que el paisaje natural es caótico y se aleja del territorio “ordenado” y modificado por el ser humano, diseñado para extraer de él materiales y recursos.

Pero cada vez son más numerosas las voces que cuestionan este extremo. Así, en 2019, ecólogos forestales de las universidades de Würzburg (Alemania) y Granada, en una carta publicada en la revista Science, exigieron un “cambio radical” en la estrategia de gestión de los bosques, sobre todo tras un evento catastrófico como puede ser un incendio. Estos investigadores defienden que la estrategia de retirar la madera muerta no es correcta, ya que trae como consecuencia una disminución constante de la diversidad biológica y la extinción de muchos hongos e insectos que dependen de esa madera muerta.

Otros investigadores, como los del departamento de Ecologia de la Universidad de Oviedo, en un artículo aparecido en 2022, son partidarios de la renaturalización pasiva, es decir, la recuperación de los ecosistemas tras el abandono del uso humano del territorio, ya que representa una oportunidad para restaurar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en un contexto de crisis ambiental global. La aparición del matorral tras un incendio, al contrario de lo que se quiere a menudo transmitir, es beneficioso para el desarrollo posterior de un bosque maduro, ya que el sotobosque protege a los retoños de los árboles del mordisco y el pisoteo de los herbívoros y de las inclemencias del clima. Es decir, el monte “sucio” es un estado más en la dinámica del ecosistema forestal, un indicador de su madurez.

En la Región de Murcia, la actividad humana ha ido sustituyendo en las últimas décadas los encinares naturales por bosques de pinos, de crecimiento más rápido, mediante reforestaciones, alcanzando el 92% del total masa forestal, especies que acidifican el suelo, impiden el desarrollo de un estrato de matorral y facilitan los incendios a través de la resina y las acículas secas. Los bosques de pinos de nuestra región están sufriendo, además, los efectos de la sequía, con más de un millón de ejemplares muertos este año.

Además de favorecer la biodiversidad, la existencia de matorrales en los bosques evita la erosión del suelo y la pérdida de nutrientes del suelo, aumentando la humedad del follaje y del suelo, actúa como cortafuegos natural y captura el dióxido de carbono de una manera más eficaz. El matorral constituye el alimento de multitud de especies herbívoras y permite la polinización por parte de insectos, que regeneran de forma natural el bosque. 

Frente a los bosques “humanizados” y a los monocultivos industrializados para la obtención de madera, como los de eucaliptos o pinos, sin un estrato de matorral bien desarrollado, que son candidatos a favorecer los grandes incendios, la existencia de un ecosistema forestal sano y diverso, y no “sucio” como se le suele calificar, la planificación en la ordenación del territorio, evitando la urbanización en zonas potencialmente incendiables, el destino de fondos para incentivar la economía rural, el mantenimiento de plantillas suficientes de cuerpos de bomberos forestales durante todo el año o priorizar la repoblación con especies autóctonas y adaptadas al clima de la península ibérica, además de tomarse en serio la emergencia climática, son algunas de las medidas que se deberían aplicar, según los expertos, para disminuir la virulencia de los incendios forestales.

Artículo publicado hoy en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/montes-sucios_132_12554738.html

OTRO MODELO TURÍSTICO ES POSIBLE


Nuestro país está condenado a morir de éxito en relación al turismo. Cada año que pasa se baten récords de afluencia de turistas en España. Si en 2024 se alcanzó la cifra de 94 millones de visitantes extranjeros, sobre todo británicos, alemanes y franceses, está previsto que en 2025 se alcancen los 98 millones. A la Región de Murcia llegaron más de 1,1 millones de turistas en 2024, y en el primer cuatrimestre de este año, más de 320.000 visitantes internacionales eligieron la Región entre enero y abril, lo que supone un incremento del 19,8% respecto al mismo período de 2024.

Esta avalancha de turistas tiene su cara, la lluvia de millones que caen en nuestro país, sobre todo en las zonas costeras. El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés) prevé que en 2025 el sector de viajes y turismo en España podría alcanzar un nuevo máximo histórico, con una contribución estimada de 260.500 millones de euros al PIB, lo que equivaldría a casi el 16% de la economía nacional. 

Pero estas cifras esconden una cruz, tanto en aspectos sociales como ambientales. Desde el punto de vista social, destaca la precariedad laboral, con empleos temporales y de baja cualificación, con largas jornadas y bajos salarios. Según un estudio realizado por la Universidad de Alicante en 2022, un 40,6% de los trabajadores de hostelería se encuentran por debajo del umbral de los 1.200 euros brutos mensuales y, a menudo, son puestos sobrecualificados, es decir, que el nivel de formación de las personas empleadas es más elevado que el requerido para esos puestos. 

Otro problema social asociado al turismo de masas es la gentrificación, es decir, el desplazamiento de las comunidades locales por el auge de los alquileres turísticos y el aumento de los precios de las viviendas, cuyo exponente máximo lo encontramos en Baleares, donde ni siquiera las personas que acuden a trabajar pueden costearse una vivienda, ya que éstas están destinadas principalmente al turismo extranjero de alto poder adquisitivo. Pero esto ocurre en otras regiones españolas, como Andalucía, Canarias, Cataluña, Cantabria o Comunidad Valenciana. El alto precio de los hoteles, que ha aumentado un 40% con respecto a antes de la pandemia, es otro factor negativo del turismo.

Desde el punto de vista ambiental, la degradación de los ecosistemas costeros es el principal problema detectado. Así, un 36,5% de la línea de playa está urbanizada en España, y más de un tercio de los ecosistemas colindantes han sido destruidos por el actual modelo de producción y consumo. El turismo de masas produce un aumento del consumo de agua, de la generación de residuos y de la emisión de gases de efecto invernadero procedentes tanto de la propia actividad turística como de los vuelos internacionales. Ese aumento del tráfico aéreo propicia la ampliación de aeropuertos, como las proyectadas en los de El Prat, en Barcelona, o en el de Málaga, con graves impactos ambientales en el entorno.

Todos estos problemas tienen su reflejo en la percepción que tiene la sociedad española del turismo de masas. Así, según un estudio realizado este mismo mes de julio por la SEO/Birdlife, casi nueve de cada diez españoles creen que el turismo masivo impacta negativamente en el medio ambiente, y más de la mitad, concretamente el 58%, considera que lo hace de forma importante. Además, son cada vez más frecuentes las manifestaciones de las poblaciones locales para protestar por este modelo turístico depredador, como en Canarias, Cataluña y Baleares. 

Pero, ¿qué soluciones podrían aplicarse al problema del impacto negativo en el territorio y en las condiciones laborales precarias? Desde las instituciones, se deberían destinar más fondos a la planificación y menos a la promoción del turismo, para mejorar la gestión. La eliminación de los pisos turísticos ilegales es otra herramienta de que disponen los gobiernos autonómicos y locales para limitar la afluencia de turistas. La desestacionalización del turismo es otra medida adecuada para no concentrar la actividad en los meses estivales. El mantenimiento del control local del turismo, para no dejarlo en manos de inversores y franquicias internacionales y la sustitución del número de pernoctaciones por otros indicadores como el Índice de Progreso Social (IPS) ligado al turismo, aplicado en Costa Rica desde 2016. Este índice evalúa cómo el éxito económico se traduce en beneficios sociales y ambientales para las comunidades locales, no solo en ingresos meramente monetarios. 

En la Región de Murcia se acaba de constituir el Consejo Asesor de Turismo, que agrupa a las principales asociaciones de hosteleros y representantes de la administración regional, con el objetivo de implementar “un nuevo modelo de colaboración público-privada que aspira a consolidar el turismo como un motor prioritario regional, buscando impulsar un modelo turístico sostenible, generador de empleo y riqueza”. Sin embargo, bajo mi punto de vista, faltarían en este Consejo Asesor organizaciones vecinales y ambientalistas que vigilasen que, efectivamente, se persigue un modelo sostenible ambientalmente y justo socialmente y no solo la obtención de beneficios.

En esta época estival es el momento de replantearse el modelo actual de turismo masivo para transformarlo en un modelo que no atente contra los derechos laborales y contra el medio ambiente. No hacerlo nos condena a matar la gallina de los huevos de oro y a destruir una industria que debe adaptarse al siglo XXI, con el cambio climático como telón de fondo, que también influirá en el futuro del turismo mundial. 

Artículo publicado en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/modelo-turistico-posible_132_12505198.html