miércoles, 12 de febrero de 2025

¿UNA JUVENTUD MÁS ULTRA?

 


En junio de 1934 se publicó en Francia un manifiesto titulado “La juventud frente al fascismo”, firmado por intelectuales, profesionales de distintas ramas, estudiantes, escritores (entre los que se contaban Paul Éluard, André Breton, Louis Aragon, Jean Giono o André Gide, entre otros). En esta publicación se analizaban las razones por las que la juventud podría abrazar la ideología fascista, como estaba ocurriendo en la Alemania nazi y la Italia de Mussolini. El paro y la desesperación ante la situación económica les empujaban hacia esa ideología, afirmaban. También enumeraban los puntos de la propaganda fascista, el nacionalismo, el odio al extranjero, el antiparlamentarismo, y advertían a la juventud de los peligros de adscribirse a esas ideas.

Noventa años después, parece que la historia se repite. Un estudio elaborado por el instituto de investígación social CIMOP (siglas de Comunicación, Imagen y Opinión Pública) revela que un cierto porcentaje de jóvenes de entre 16 y 30 años desconoce la historia reciente de España, o tienen una visión sesgada de la misma, repitiendo falsos mantras que la ultraderecha difunde, relativos al franquismo y a la Transición. Estas ideas falaces, preconcebidas y maniqueas se han llegado a escuchar en el Congreso de los Diputados, cuando lideres ultras afirmaban que el actual gobierno es “el peor en los últimos 80 años”, o que el franquismo fue un periodo “de reconstrucción, progreso y reconciliación”. 

Si uno se da una vuelta por las redes sociales, y sobre todo en la red del hombre más rico del mundo, podemos comprobar cómo circulan todo tipo de falsedades sobre la etapa más negra de la historia del siglo XX en nuestro país, la guerra civl y la dictadura franquista, atribuyéndoles todo tipo de virtudes, justificando el golpe de estado y la posterior represión que mató o envió al exilio a centenares de miles de compatriotas. Así, se asocia la Segunda República solamente con la izquierda, obviando que hubo un gobierno de derechas entre noviembre de 1933 y febrero de 1936; se habla de la guerra civil como “lucha fratricida”, poniendo en la misma balanza a los golpistas y el gobierno legítimo; o se idealiza la época franquista, sin tener en cuenta la represión, los encarcelamientos, las ejecuciones y el exilio de las personas que no acataron el nuevo orden o que tenían un pasado republicano.

Esta ola reaccionaria y ultraderechista que recorre Europa, España y la Región de Murcia tiene su reflejo en las aulas. Adolescentes que repiten esos mantras, o que entonan el “Cara al sol”, a menudo sin saber que es un himno fascista, que reproducen lo que escuchan en casa, sin ningún atisbo de crítica, son el caldo de cultivo de algo muy peligroso, la extensión de ideas racistas, xenófobas y machistas que contaminan a la gente joven. 

El problema es que no solamente Vox usa esa estrategia de difundir bulos alabando el franquismo para ganar votos, sino que el propio Partido Popular se apunta a esa estrategia, temeroso de que la extrema derecha le coma la tostada. Por ello, el PP adopta el argumentario ultra referido a temas como la inmigración, el ultranacionalismo o el feminismo, y apoya a dirigentes ultras como Trump, Netanyahu o Milei, además de ser muy tibios a la hora de condenar el franquismo, habiéndose opuesto al traslado de los restos de Franco de Cuelgamuros y, en este año, que se cumplen 50 años de la muerte del dictador, estando en contra de la conmemoración de este hecho que inició la etapa democrática en España, como hacen los países de nuestro entorno que han vivido una dictadura, como Portugal y Alemania.

En Murcia vemos cómo el actual consistorio, con el alcalde Ballesta a la cabeza, ha emprendido la reforma de la llamada Cárcel Vieja, para convertirlo en un espacio amable que haga olvidar que fue un lugar de represión durante 50 años, donde llegaron a estar encerradas más de 3.000 personas a la vez en la época de la dictadura, y que fue lugar de torturas, fusilamientos y humillaciones. La actual reforma obvia deliberadamente toda referencia a la memoria de esos muros, siendo un escalón más para olvidar la etapa más oscura de nuestra historia reciente. Ese empeño de la derecha y la ultraderecha de que no se hable de los 40 años de franquismo, argumentando que “hay que pasar página” y que hablar de ello “divide a los españoles” es el terreno abonado para el resurgir de la extrema derecha, sobre todo entre la juventud, que no ha vivido esta etapa y que es permeable a ideas falsas que blanquean el franquismo.

Ante esto, hay que hacer hincapié en la educación, con campañas que expliquen con rigor científico lo que pasó realmente, y que la historia que se explica en los institutos esté libre de sesgos ideológicos, dedicando un tiempo efectivo a tratar esta etapa histórica y contrarrestando los bulos que las redes sociales difunden, aunque es un trabajo ímprobo muy difícil de llevar a cabo. Ya se sabe que si no se conoce la historia, estaremos condenados a repetirla. 

Artículo publicado en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/juventud-ultra_132_11970706.html

UNA REGIÓN CONTAMINADA



Una vez más, y como viene ocurriendo cada cierto tiempo, la ciudad de Murcia atraviesa episodios continuados de alta contaminación atmosférica, situación que afecta directamente a la salud de la población, especialmente a la infancia y a las personas mayores. La capital de la región es una de las ciudades españolas con mayor contaminación, debido sobre todo a los humos expelidos por los tubos de escape de los vehículos privados y a las quemas agrícolas que siguen realizándose sin control. Pero esto no es exclusivo de Murcia; la Región de Murcia es la comunidad autónoma más contaminada, superando en más de un 30% la media nacional, según los últimos datos del INE. También Cartagena, Lorca, Alcantarilla, Molina de Segura, registran una calidad del aire negativa en más del 90% de año, según los datos de la propia Consejería de Medio Ambiente, con altas concentraciones de partículas PM10 y PM2,5, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y ozono que afectan a las vías respiratorias, agudizando las enfermedades pulmonares y reduciendo la esperanza de vida. 

Las autoridades municipales culpan de esta contaminación principalmente a la “intrusión de una masa de polvo sahariano”, ese cajón de sastre que se suele utilizar para desviar la atención de las verdaderas causas, como es el tráfico desmesurado, sobre todo en las horas punta, las 9 de la mañana y a las 8 de la tarde, momentos en los que se superan los 200 microgramos por metro cúbico de contaminantes en suspensión. La reversión de los planes de movilidad llevada a cabo por el actual consistorio capitalino, sumado a las deficiencias en materia de transporte público en la ciudad de Murcia, nos da como resultado la reincidencia en los episodios de contaminación extrema que supone la suspensión de actividades deportivas en los centros educativos, la recomendación de usar mascarilla y de no realizar actividades al aire libre.

El ayuntamiento de Murcia se jacta de tener el protocolo de calidad del aire "más avanzado de España”. Podemos estar de acuerdo en que se realizan mediciones de contaminantes atmosféricos, pero este protocolo se limita a advertir a la población de estos episodios acompañados de diversas recomendaciones, algunos posts en redes sociales y poco más. Sin embargo, no existe un plan real de prevención ni se incide en las causas reales de la contaminación. Los coches campan a sus anchas, y tenemos el peor sistema de transporte público del país, algo extensible al resto de la región. Al año se realizan en la Región de Murcia mil millones de desplazamientos, cuatro millones al día. Pues bien, el 95% de estos mil millones de desplazamientos se realizan mediante el transporte privado. Solo un 5% de estos trayectos se llevan a cabo mediante transporte público.

Los expertos tienen muy claro cuáles deben ser las vías para disminuir la contaminación atmosférica. Según la Ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Energética, es de obligado cumplimiento la implantación de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en el centro de las ciudades de más de 50.000 habitantes, en nuestra región, Murcia, Cartagena, Lorca y Molina de Segura. Estas ZBE deberían de haber sido implantadas a partir del 1 de enero de 2023. Sin embargo, ninguna de estas ciudades ha hecho los deberes a día de hoy, por lo que, recientemente, el Defensor del Pueblo ha exigido que se habiliten esas zonas. Pero los ayuntamientos del Partido Popular de la Región de Murcia se escudan en una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid por la que se anularon las áreas delimitadas por el equipo de Almeida por lo que, en el caso de implantarse esas ZBE, no se incluirá la restricción al tráfico para los vehículos más contaminantes, ni discriminará el acceso según el distintivo ambiental. El Ministerio de Transición Ecológica ya ha advertido que esto podría suponer la pérdida de fondos europeos. 

La sociedad civil debe reaccionar ante la inacción de los ayuntamientos en materia de contaminación atmosférica y la falta de medidas efectivas para potenciar el transporte público, a pesar de las demandas aplastantes de la población. Sólo así se protegerá la salud colectiva ante estas agresiones ambientales.

Artículo publicado en eldiario.es:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/region-contaminada_132_11887754.html