domingo, 4 de diciembre de 2022

OTRA OPORTUNIDAD PERDIDA

Foto: Sedat Suna


Se cierra la COP27 celebrada en Egipto con un nuevo fracaso, aunque mitigado en parte por la aprobación de un fondo destinado a financiar los daños climáticos que ya sufren los países más vulnerables a los efectos del calentamiento global, pero sin especificar la cuantía de esos fondos ni el modo en que se distribuirían entre los países vulnerables. Tampoco se ha llegado a un acuerdo en materia de biodiversidad. El próximo mes de diciembre, en Montreal, se celebrará la Cumbre de la ONU sobre Diversidad Biológica, pero las organizaciones conservacionistas son pesimistas en cuanto a que los países presentes en esa cumbre acuerden proteger los ecosistemas de una manera eficiente.

Desde la COP21 de París de 2015, en la que se alcanzaron los mayores acuerdos en cuanto a la necesidad de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5ºC con respecto a la época preindustrial, las sucesivas cumbres del clima no han servido prácticamente para nada. Marrakech, Bonn, Katowice, Madrid y Glasgow han sido las sedes de las sucesivas cumbres hasta la fecha, pero los acuerdos alcanzados no han servido para frenar el calentamiento global ni la emergencia climática. Los fenómenos extremos, incendios, sequías prolongadas, lluvias torrenciales, se siguen sucediendo en diversos puntos del planeta, ahora en lugares donde antes no eran frecuentes.

El aumento de la temperatura de los mares, otro indicador del cambio climático, alcanza niveles de récord. Los océanos son el motor del mundo, el termostato que mantiene estable dentro de unos límites el margen de temperaturas globales. Este ascenso de la temperatura de los océanos produce consecuencias, en primer lugar, en la supervivencia de los organismos marinos, como la muerte de los corales y la baja reproducción del krill, base de la cadena alimenticia. Además, sumado al deshielo de los glaciares e icebergs, provoca el aumento del nivel del mar. De media, el nivel del mar ha subido 23 centímetros desde 1880, y casi la mitad de este aumento ha sido en los últimos 25 años, amenazando las costas de multitud de países, empezando por las islas del Pacífico. Otros efectos deletéreos del aumento de la temperatura de los mares es la multiplicación de la frecuencia de tormentas, huracanes y ciclones, causando daños materiales y humanos de costes cada vez mayores.

La realidad de la crisis climática pasa al lado de los burócratas que se reúnen año tras año en estas cumbres, llenas de buenas intenciones, pero sin abordar en serio las medidas que deben ser necesarias para mitigar los efectos de esta emergencia, tal y como han denunciado personalidades como el Secretario General de la ONU, António Guterres o la propia ministra española de Transición Ecológica, Teresa Ribera. La ausencia de algunos de los principales países contaminantes, como China, India o Rusia da una idea del fiasco que supone esta cumbre, además de que más de 600 representantes de determinados países están directamente relacionados con la industria del petróleo y el gas, que es como poner a los lobos al cuidado del rebaño de ovejas.

Los otros grandes acuerdos que se deberían haber alcanzado, como son las medidas para mitigar el cambio climático, reducir las emisiones y acelerar la transición a las renovables, han sido un completo fracaso, siendo calificadas de “tomadura de pelo” por las principales organizaciones ecologistas. Los países se darán cita el año que viene en Dubai para volver a escenificar el paripé de las buenas palabras, pero sin una intención decidida de afrontar este problema, las grandes empresas seguirán ocupadas esquilmando los recursos y escupiendo gases de efecto invernadero, mientras las poblaciones más vulnerables en un planeta en el que hemos alcanzado los 8.000 millones de habitantes sufrirán aún más las consecuencias. Pero el primer mundo ya lo estamos sufriendo, y parece que hasta que no llegue a las puertas de los más ricos, los gobiernos no moverán un dedo para buscar soluciones. Seguiremos insistiendo.

Artículo publicado en eldiario.es el 23 de noviembre:

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/oportunidad-perdida_132_9734615.html

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