Observe esta foto. Se trata de los presidentes de las 10 compañías eléctricas más importantes de Europa, reunidos en Bruselas en el día de hoy. Entre ellas se encuentran los gigantes españoles Iberdrola y Gas Natural Fenosa. Es la personalización del lobby energético que dicta las medidas a tomar por parte de los gobiernos europeos en materia de energía. Además de comprobar que no hay ninguna mujer entre ellos, vemos que este reducido grupo de hombres tiene el poder de condicionar las políticas energéticas del continente, llegando a coaccionar a los gobiernos si no se cumplen sus exigencias. En esta ocasión, y ante el descenso de sus beneficios provocado por la crisis y la disminución de la actividad económica, se han reunido para solicitar una rectificación en las políticas energéticas de la UE, concretamente la supresión de las ayudas a las energías renovables.
Sus intereses van por delante de los intereses de los europeos. El objetivo 20/20/20 de la Unión Europea, es decir, conseguir que en 2020: a) el 20% de la energía obtenida sea de fuentes renovables, b) que se reduzca en un 20% la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) y c) ahorrar el 20% del consumo de energía mediante una mayor eficiencia energética no parece que esté en la agenda de estas macro-empresas, sino más bien lo que pretenden es aumentar sus beneficios en ese mismo 20%. Además, realizan sus peticiones desde el chantaje, apelando al miedo y amenazando con posibles apagones en el continente, ahora que se aproxima el invierno, tal y como ocurrió en 2006, aunque una de las compañías implicadas, la alemana E.ON, admitió que ella misma pudo ser la causante del apagón que afectó a varios países europeos.
Sus intereses van por delante de los intereses de los europeos. El objetivo 20/20/20 de la Unión Europea, es decir, conseguir que en 2020: a) el 20% de la energía obtenida sea de fuentes renovables, b) que se reduzca en un 20% la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) y c) ahorrar el 20% del consumo de energía mediante una mayor eficiencia energética no parece que esté en la agenda de estas macro-empresas, sino más bien lo que pretenden es aumentar sus beneficios en ese mismo 20%. Además, realizan sus peticiones desde el chantaje, apelando al miedo y amenazando con posibles apagones en el continente, ahora que se aproxima el invierno, tal y como ocurrió en 2006, aunque una de las compañías implicadas, la alemana E.ON, admitió que ella misma pudo ser la causante del apagón que afectó a varios países europeos.
Ya resulta intolerable que el gobierno español hiriera de muerte al sector de las energías renovables, a través del decreto de enero de 2012, suspendiendo "temporalmente" las primas a este sector, con la excusa de reducir el déficit de tarifa, ese invento que se sacó de la manga el gobierno Aznar, y que continuaron tanto Zapatero como Rajoy, cuando prometió a las compañías eléctricas un precio determinado por la energía producida, que no es el coste real, sino un precio bastante mayor, y que el ministro Soria se ha comprometido a pagar, a través de nuestra factura eléctrica, aunque esas compañías obtienen pingües beneficios de por sí. La segunda puñalada trapera ha venido por otro decreto, este de este mismo verano, por el que se penaliza con multas de hasta 60 millones de euros si un particular produce su propia energía eléctrica fotovoltaica sin pagar el llamado "peaje de respaldo", es decir, sin pasar por caja de las eléctricas, aunque no hayan producido esa electricidad. Ambas decisiones están siendo valoradas por la Agencia Europea de Medio Ambiente, a raíz de una denuncia presentada por la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, por el incumplimiento sistemático por parte de España de las Directivas Europeas en materia de eficiencia energética.
En España es sabido el retiro dorado que les espera a los políticos en las compañías eléctricas, esas mismas que son las grandes beneficiadas por las decisiones de los ministerios del ramo, con las famosas "puertas giratorias". En Alemania, la decisión del gobierno de Merkel en 2011 de realizar el "apagón" nuclear en 2022 a raíz del accidente de Fukushima (decisión que un año más tarde puso en duda el ministro germano de Medio Ambiente), puede haber llevado a las compañías alemanas E.ON y RWE a forzar este pulso con la UE. Las demás compañías, procedentes de Holanda, Italia, Suecia, República Checa y Francia ven amenazadas sus cifras de negocio por lo que también se suman a esta ofensiva.
La UE no debe permitir que los intereses de unas pocas empresas, por muy poderosas que sean, estén por encima del interés general, que pasa por conseguir la independencia energética y alcanzar los objetivos de reducción de las emisiones de CO2 planteados en el protocolo de Kyoto, y que Europa se comprometió a cumplir. Y eso solamente podrá conseguirse si se impulsan desde la UE las energías renovables. Por el bien de Europa y el planeta entero.
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