Este otoño está camino de ser el más seco desde que se tienen registros. El pasado mes de septiembre ha sido el que menos precipitaciones se han registrado en este siglo XXI, ya que la precipitación media ha sido en España de 15 litros por metro cuadrado, lo que supone el 33% de la media de este mes. Los pantanos españoles están bajo mínimos: en la vertiente atlántica, los embalses están al 39,4% de su capacidad media, mientras que en la vertiente mediterránea, esa cifra desciende al 37,14%.
Pero esta cifra media esconde la situación crítica de la cuenca del Segura, cuyos pantanos están al 14%. La cuenca del Ebro, ese río al que los defensores de los trasvases acusan de “tirar el agua al mar”, está por debajo del 50% de su capacidad, y la del Tajo un poco por encima del 40%, por lo que las dos cuencas de las que los regantes de la Región de Murcia siempre han reclamado agua para seguir desarrollando los regadíos no están en condiciones de exportarla. En cuanto a las temperaturas, aunque la media en España ha sido la normal en esta época del año, con 20,6ºC, el mes de septiembre ha reflejado una desigual distribución de los valores, superándose los 38ºC en algunos puntos de Andalucía en algún momento.
“Obviar la gran voracidad que la agricultura tiene sobre los recursos hídricos es cerrar, una vez más, los ojos ante el modelo agrícola insostenible que se practica de forma mayoritaria en nuestra región”
La Región de Murcia tampoco ha sido ajena a la sequía y a los valores térmicos extremos para esta época del año. Así, la temperatura media en nuestra región durante el mes de septiembre ha sido de 22,5ºC, casi dos grados por encima del valor medio nacional, habiéndose superado los 38ºC en algún día puntual, mientras que la precipitación media en la Región fue de 5 litros/m2, lo que supone tan solo el 21% del valor normal.
Todos estos datos reflejan, por tanto, que estamos atravesando una sequía que ya se está convirtiendo en estructural, y en el que el cambio climático no es ajeno. La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD) acaba de presentar en la ciudad china de Ordos el estudio Perspectiva Global de la Tierra. En él se pone de relieve que la escasez de agua está "muy extendida en regiones densamente pobladas tales como India, Asia, el oeste de los Estados Unidos y España”, incluyendo a nuestro país en las zonas con grave peligro de desertificación.
Ante esta perspectiva, el gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, a través de la consejera de Transparencia, Participación y Portavoz, Noelia Arroyo, acaba de advertir de la situación de sequía extrema por la que atravesamos. En su alocución, la consejera aconseja hacer un uso "eficiente y moderado" del agua en "cualquier práctica habitual en el día a día de cualquier ciudadano”, incluyendo actividades cotidianas como “lavar un coche, pegarnos una ducha o lavar un plato”. Mientras carga las tintas en el consumo doméstico, Arroyo exime de cualquier responsabilidad al sector agrícola, alabando su actitud, afirmando que "si hay algo que caracteriza a los agricultores, regantes y al sector relacionado con la agricultura en la Región es la modernización de sus regadíos, el buen uso del agua, la reutilización y lo concienciados que están siempre con el uso del agua”
La consejera Arroyo parece ignorar que el 80% del consumo de agua proviene del sector agrícola, y que sólo el 14% del consumo se realiza en el ámbito doméstico, siendo el 6% restante debido al sector de la industria. Echar sobre los hombros de los consumidores la responsabilidad en el ahorro del agua, obviando la gran voracidad que la agricultura tiene sobre los recursos hídricos es cerrar, una vez más, los ojos ante el modelo agrícola insostenible que se practica de forma mayoritaria en nuestra región, cuyo último exponente lo pudimos comprobar este verano en las ampliaciones de zonas roturadas, destinadas a transformar los secanos tradicionales en regadíos para la exportación.
Es urgente un cambio en el modelo de agricultura en nuestro país en general y en nuestra región en particular, adoptando criterios agroecológicos en los cultivos y no pensando solamente en los grandes beneficios procedentes de la exportación, procedimientos que afectan a la soberanía alimentaria de otros lugares y que contribuyen a la desaparición de las variedades tradicionales. Sólo así podremos adaptarnos a las condiciones cada vez más extremas a las que estamos llegando, con menores precipitaciones y mayores temperaturas, consecuencia directa del cambio climático.
Artículo aparecido hoy en La Crónica del Pajarito:
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